consumer.es (25/11/07)
66% de PSH no accede a Sanidad
66% de PSH no accede a Sanidad
La única vía posible es el servicio de urgencias de un hospital. Algunas organizaciones y centros que atienden a este grupo disponen de unidades móviles o profesionales médicos que recorren las calles para prestar una atención personalizada, pero reclaman la implicación de todos los sectores sociales para derribar las barreras de acceso a la cobertura sanitaria.
Entre otras cosas, piden horarios más flexibles en la atención médica y un incremento de los espacios de recuperación de las personas convalecientes. Recuérdese que el Día de los Sin Techo 2007 ha elegido como lema "Por una salud digna para todos".
En España, la salud es un derecho básico desarrollado en la Ley General de Sanidad de 1986. Por lo tanto, todas las personas deben tener garantizado este derecho, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como un "estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de dolencia o enfermedad". Esta definición implica que todas las necesidades sanitarias de las personas deben estar cubiertas, así como la universalidad, gratuidad y acceso al sistema de salud.
Sin embargo, las barreras son múltiples, como denuncian Sergio Barciela, responsable del programa de PSH de Cáritas Española, y Antonio Rodríguez, presidente de la Federación de Asociaciones de Centros para la Integración (FACIAM).
Desde el Sistema. La falta de información (3%) conlleva que las personas no sepan qué médico les corresponde. Además, quienes carecen de DNI o tarjeta sanitaria y no están empadronados sólo pueden acceder por la vía de urgencias. Por otro lado, el idioma (2%), los servicios sanitarios no adaptados (14%) -horarios inflexibles en atenciones médicas, ausencia de domicilio fijo para asignar un médico...- y la falta de coordinación sociosanitaria (11%) entre el sistema de salud y los servicios sociales tampoco facilitan una atención adecuada.
Desde los profesionales. Las organizaciones que trabajan con las personas sin hogar aseguran que, en algunas ocasiones, éstas no son atendidas debido a su aspecto físico (5%). El hecho de estar "mal aseados o sucios" complica la posibilidad de ser atendido por un facultativo, por lo que reclaman medidas para facilitar la higiene de estas personas, en lugar de rechazarlas.
Desde las personas. En ocasiones, las propias personas sin hogar son quienes carecen de interés por acudir al sistema sanitario, ya que sienten desconfianza hacia estos servicios. Esta desconfianza tiene su origen en experiencias negativas que han vivido con anterioridad y que les llevan a rechazar tanto la atención como los tratamientos que se les ofrece.
Rodríguez (FACIAM), reconoce que ha habido una evolución tanto en los cuidados prestados por los servicios sociales como en los dispositivos de atención a personas sin hogar en general, pero hace hincapié en una reclamación histórica: un plan nacional para las personas sin techo. "Este plan -explica- debería garantizar una política integral, unir y coordinar las competencias regionales y locales, y garantizar un alojamiento a todas aquellas personas que, por diferentes circunstancias, se encuentran en situación de sinhogarismo". "El autentico problema -prosigue Barciela (Cáritas)-, es que al no existir este plan no hay un recuento de personas que viven en la calle".
Entre otras cosas, piden horarios más flexibles en la atención médica y un incremento de los espacios de recuperación de las personas convalecientes. Recuérdese que el Día de los Sin Techo 2007 ha elegido como lema "Por una salud digna para todos".
En España, la salud es un derecho básico desarrollado en la Ley General de Sanidad de 1986. Por lo tanto, todas las personas deben tener garantizado este derecho, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como un "estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de dolencia o enfermedad". Esta definición implica que todas las necesidades sanitarias de las personas deben estar cubiertas, así como la universalidad, gratuidad y acceso al sistema de salud.
Sin embargo, las barreras son múltiples, como denuncian Sergio Barciela, responsable del programa de PSH de Cáritas Española, y Antonio Rodríguez, presidente de la Federación de Asociaciones de Centros para la Integración (FACIAM).
Desde el Sistema. La falta de información (3%) conlleva que las personas no sepan qué médico les corresponde. Además, quienes carecen de DNI o tarjeta sanitaria y no están empadronados sólo pueden acceder por la vía de urgencias. Por otro lado, el idioma (2%), los servicios sanitarios no adaptados (14%) -horarios inflexibles en atenciones médicas, ausencia de domicilio fijo para asignar un médico...- y la falta de coordinación sociosanitaria (11%) entre el sistema de salud y los servicios sociales tampoco facilitan una atención adecuada.
Desde los profesionales. Las organizaciones que trabajan con las personas sin hogar aseguran que, en algunas ocasiones, éstas no son atendidas debido a su aspecto físico (5%). El hecho de estar "mal aseados o sucios" complica la posibilidad de ser atendido por un facultativo, por lo que reclaman medidas para facilitar la higiene de estas personas, en lugar de rechazarlas.
Desde las personas. En ocasiones, las propias personas sin hogar son quienes carecen de interés por acudir al sistema sanitario, ya que sienten desconfianza hacia estos servicios. Esta desconfianza tiene su origen en experiencias negativas que han vivido con anterioridad y que les llevan a rechazar tanto la atención como los tratamientos que se les ofrece.
Rodríguez (FACIAM), reconoce que ha habido una evolución tanto en los cuidados prestados por los servicios sociales como en los dispositivos de atención a personas sin hogar en general, pero hace hincapié en una reclamación histórica: un plan nacional para las personas sin techo. "Este plan -explica- debería garantizar una política integral, unir y coordinar las competencias regionales y locales, y garantizar un alojamiento a todas aquellas personas que, por diferentes circunstancias, se encuentran en situación de sinhogarismo". "El autentico problema -prosigue Barciela (Cáritas)-, es que al no existir este plan no hay un recuento de personas que viven en la calle".
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