Macarena y Cerro-Amate: casi
la mitad de los extranjeros de Sevilla
Las calles de El Cerezo reflejan una multiculturalidad muy acentuada; alrededor del 35% de este barrio de La Macarena es inmigrante.
MILLÁN HERCE - E. BARBA
Sólo dos distritos de los once de Sevilla capital concentran a casi la mitad de los ciudadanos extranjeros empadronados. El primero es ya un clásico en esta lista, reforzado en los últimos años por la creciente afluencia de africanos. Se trata del Distrito Macarena, donde según el padrón de 2007 hay 7.747 personas de nacionalidades distintas a la española. En él han instalado las comunidades más amplias de suramericanos (unos 1.600 bolivianos y 1.400 ecuatorianos oficialmente) y los marroquíes, que también se distribuyen por los distritos Este y Sur en menor medida. El segmento de población no española crece algo más del 50% al año. En este distrito, por cada 1.500 nacimientos de españoles se produce la llegada de unos 3.500 extranjeros.
El «boom» más reciente está provocando ya incluso problemas a causa del choque de culturas y la llamada globalización. El ejemplo más ilustrativo es el de El Cerezo, cuya población ha crecido un 30% desde el cambio de siglo por la llegada de foráneos pese a que 600 residentes «de toda la vida» han abandonado el barrio en los tres últimos años. En él conviven marroquíes, bolivianos, peruanos, ecuatorianos, senegaleses, nigerianos, rumanos y chinos. Todos suman alrededor del 35% de la población de la barriada. Las autoridades no logran efectuar un recuento eficaz por las dificultades para empadronar, pero son ya varios miles los inmigrantes asentados en esa zona.
La convivencia entre inmigrantes y vecinos se está enrareciendo en el que es uno de los cuatro barrios de La Macarena que concentra más población extranjera, sobre todo en horario nocturno, cuando sus plazas atraen a gran cantidad de ellos. El conflicto lo origina el ruido hasta altas horas de la madrugada, pero también el rechazo a costumbres que chocan con el modo de vida de residentes tradicionales. El gasto comunitario de agua, que se ha disparado en algunos bloques, también se suma a la lista. Todas estas quejas se producen en un barrio de larga tradición obrera, donde las personas de la tercera edad duplican en número a los jóvenes.
Las inmobiliarias han proliferado atraídas por un mercado potencial de compra y alquiler que genera un suculento negocio. La mayoría de los inmigrantes alquilan viviendas a un precio de 450 a 600 euros. Una sola persona, la que tiene papeles, firma el contrato, pero la casa suelen ocuparla varias familias. Ahí comenzaron las quejas en El Cerezo, pues los vecinos dicen que el agua que gastan es desmesurada y que acaba pagándola la comunidad.El segundo distrito en número de extranjeros empadronados es Cerro-Amate, que ha superado al Distrito Este en esta estadística principalmente por la atracción de la vivienda a precio más bajo. En esta circunscripción había en 2007 hasta 5.141 forasteros, siendo los rumanos (unos 700 censados) y los marroquíes (algo más de 800) las principales nacionalidades de procedencia. Pero crecen exponencialmente los subsaharianos (tres centenares de nigerianos, un centenar de senegaleses...) y, sobre todo, los suramericanos (425 colombianos, 370 ecuatorianos, 360 bolivianos, 230 peruanos...).
También hay ya casi 200 rusos y unos 600 chinos, que prefieren el extrarradio -van poblando Palmete, Su Eminencia o Amate-. De hecho, en el Distrito Casco Antiguo apenas están censados unos 120 ciudadanos de nacionalidad china. Este distrito es, precisamente, el tercero en número de extranjeros censados con 3.924 el año pasado. El colectivo marroquí es el más numeroso (270 personas oficialmente) y está también en auge la llegada de hispanoamericanos, sobre todo bolivianos. Se da la curiosa circunstancia, no obstante, de que en este distrito hay una fortísima presencia de forasteros europeos y de países ricos, incluso con números por encima de la inmigración más tópicamente conocida: casi 400 franceses, 360 italianos, 288 británicos, 233 alemanes, casi dos centenares de estadounidenses...
Tras Macarena, Cerro-Amate y Casco Antiguo, el orden de los distritos según su número de extranjeros continúa con el Este, con 2.865 y una notable presencia de colombianos (casi 500), chinos (unos 300 empadronados) y marroquíes (234). El distrito sevillano con menos presencia foránea es el de Los Remedios, donde en 2007 se habían empadronado 1.155.
El «boom» más reciente está provocando ya incluso problemas a causa del choque de culturas y la llamada globalización. El ejemplo más ilustrativo es el de El Cerezo, cuya población ha crecido un 30% desde el cambio de siglo por la llegada de foráneos pese a que 600 residentes «de toda la vida» han abandonado el barrio en los tres últimos años. En él conviven marroquíes, bolivianos, peruanos, ecuatorianos, senegaleses, nigerianos, rumanos y chinos. Todos suman alrededor del 35% de la población de la barriada. Las autoridades no logran efectuar un recuento eficaz por las dificultades para empadronar, pero son ya varios miles los inmigrantes asentados en esa zona.
La convivencia entre inmigrantes y vecinos se está enrareciendo en el que es uno de los cuatro barrios de La Macarena que concentra más población extranjera, sobre todo en horario nocturno, cuando sus plazas atraen a gran cantidad de ellos. El conflicto lo origina el ruido hasta altas horas de la madrugada, pero también el rechazo a costumbres que chocan con el modo de vida de residentes tradicionales. El gasto comunitario de agua, que se ha disparado en algunos bloques, también se suma a la lista. Todas estas quejas se producen en un barrio de larga tradición obrera, donde las personas de la tercera edad duplican en número a los jóvenes.
Las inmobiliarias han proliferado atraídas por un mercado potencial de compra y alquiler que genera un suculento negocio. La mayoría de los inmigrantes alquilan viviendas a un precio de 450 a 600 euros. Una sola persona, la que tiene papeles, firma el contrato, pero la casa suelen ocuparla varias familias. Ahí comenzaron las quejas en El Cerezo, pues los vecinos dicen que el agua que gastan es desmesurada y que acaba pagándola la comunidad.El segundo distrito en número de extranjeros empadronados es Cerro-Amate, que ha superado al Distrito Este en esta estadística principalmente por la atracción de la vivienda a precio más bajo. En esta circunscripción había en 2007 hasta 5.141 forasteros, siendo los rumanos (unos 700 censados) y los marroquíes (algo más de 800) las principales nacionalidades de procedencia. Pero crecen exponencialmente los subsaharianos (tres centenares de nigerianos, un centenar de senegaleses...) y, sobre todo, los suramericanos (425 colombianos, 370 ecuatorianos, 360 bolivianos, 230 peruanos...).
También hay ya casi 200 rusos y unos 600 chinos, que prefieren el extrarradio -van poblando Palmete, Su Eminencia o Amate-. De hecho, en el Distrito Casco Antiguo apenas están censados unos 120 ciudadanos de nacionalidad china. Este distrito es, precisamente, el tercero en número de extranjeros censados con 3.924 el año pasado. El colectivo marroquí es el más numeroso (270 personas oficialmente) y está también en auge la llegada de hispanoamericanos, sobre todo bolivianos. Se da la curiosa circunstancia, no obstante, de que en este distrito hay una fortísima presencia de forasteros europeos y de países ricos, incluso con números por encima de la inmigración más tópicamente conocida: casi 400 franceses, 360 italianos, 288 británicos, 233 alemanes, casi dos centenares de estadounidenses...
Tras Macarena, Cerro-Amate y Casco Antiguo, el orden de los distritos según su número de extranjeros continúa con el Este, con 2.865 y una notable presencia de colombianos (casi 500), chinos (unos 300 empadronados) y marroquíes (234). El distrito sevillano con menos presencia foránea es el de Los Remedios, donde en 2007 se habían empadronado 1.155.
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