Desmintiendo mitos sobre el comercio justo
El 10 de mayo es el día internacional del comercio justo pero ¿sabes realmente qué es?, ¿comprar más caro algo que se ha producido lejos? Desmentimos algunos mitos y damos pistas para que consumas responsable los 365 días del año.
Silvia Torralba / Redacción
Te levantas, corres la cortina para que entre la luz, desayunas té o café con cereales, te vistes, haces la cama, coges la comida del mediodía si es que no vuelves a comer a casa y te marchas al trabajo o a estudiar. Como mucho ha pasado una hora pero en tu vida ya han intervenido muchos productos de consumo, pero ¿de consumo consciente?
El 10 de mayo se celebra en todo el mundo el día internacional del comercio justo, una fecha que las entidades aprovechan para acercarse a la gente y explicar qué es el comercio responsable y cómo podemos llevarlo a cabo de manera habitual. De momento, nosotros te explicamos algunos falsos mitos e ideas a tener en cuenta:
Mito 1: ¿Son más caros los productos de comercio justo? “En esta afirmación hay una parte de tópico porque no todos los productos de comercio justo son más caros. Por ejemplo, encuentras bisutería desde 3 euros a 15 euros, como en cualquier otra tienda”, explica María Herranz, de la Coordinadora estatal de Comercio Justo. En el caso de los alimentos, dice, sí que es verdad que son más caros porque también “son de mayor calidad que los productos convencionales” y además tienen en cuenta criterios sociales –como pagar precios dignos a los productores- y medioambientales.
Mito 2: No los encuentro, son difíciles de conseguir. Una tienda del barrio de toda la vida, una tienda de una entidad donde se vende comercio justo… ¡pueden estar a una calle de tu casa pero no te has fijado! En la web de la Coordinadora estatal de Comercio Justo encuentras un listado con las direcciones de tiendas en toda España. “Para comprar productos de comercio justo producidos en el sur podemos ir a tiendas especializadas o pequeños establecimientos, si el comercio justo se da con gente del norte quizás basta con que nos acerquemos al mercado local”, aconseja Esther Vivas, de la Red de Consumo Solidario. En algunos supermercados también encuentras productos como el café.
Mito 3: Ah, ¿pero hay algo más que café? Uno de los productos de comercio justo más conocidos es el café pero la variedad es muy extensa. Desde productos de alimentación como especias, bebidas y mermeladas, pasando por artesanías y muebles, productos de cosmética, ropa y material de papelería.
Mito 4: El comercio justo, algo lejano. Muchos pueden pensar que los productos de comercio justo vienen de la otra punta del mundo y que no tienen que ver con ellos. Sin embargo, si una cosa favorece el comercio justo es una relación más directa con los productores de países del Sur y un acercamiento a sus realidades. Según la plataforma internacional Fine, que aglutina a numerosas entidades de comercio responsable, el comercio justo se da “con el apoyo de los consumidores” y asegurando “los derechos de los productores y trabajadores marginados, especialmente en el Sur”. Desde otras entidades como la Red de Consumo Solidario, en cambio, consideran que el comercio justo también puede darse con productores del norte, “asegurando los mismos criterios de condiciones laborales dignas y protección al medio ambiente”. Un ejemplo son las cooperativas de consumo o los grupos en situación de exclusión que se organizan para poner en marcha un negocio.
Mito 5: Compro lo primero que veo porque no distingo el producto de comercio justo. Tienes varias maneras de saber si con tu compra apoyas o no el comercio justo. La Coordinadora estatal de Comercio Justo anima a comprar productos que lleven un sello de fondo negro y color verde y azul en el que se lee ‘Fairtrade. Comercio Justo’ porque eso garantiza que los productores tienen condiciones justas de trabajo. Otras entidades como el Espacio por un Comercio Justo, en cambio, explican que existen otras fórmulas, como los sellos y certificaciones participativas. “Más allá del sistema de certificación privado existen estos otros, que son garantías que vienen dadas por los vínculos de confianza entre las organizaciones sociales del norte y los productores del sur”, señala Esther Vivas. Para encontrar estos productos puedes acercarte a las tiendas de ONG especializadas.
Saber lo que compras, el primer paso
Para acercar el comercio justo a la gente, el fin de semana del 10 y 11 de mayo la coordinadora de comercio justo organiza actividades y fiestas en más de 80 municipios del Estado español. Las jornadas se centrarán en la relación entre el comercio justo y el cambio climático.
Como explican desde esta plataforma, cuando pagamos con un producto, y “sin que seamos conscientes de ello”, a veces se apoya también situaciones de “explotación laboral, esclavitud, discriminación de la mujer, salarios de miseria y explotación infantil”, entre otras cosas. De ahí la importancia de saber qué se compra.
“Para acercarse al comercio justo, la mejor manera es ser consciente del comercio injusto, ser conscientes de las injusticias y del impacto de nuestro consumo y mirar qué otras alternativas existen”, advierten desde la Red de Consumo Solidario.
¿Qué puedo hacer yo?
Pásate este fin de semana por alguna de las fiestas a favor del comercio justo. Entra en la web de la coordinadora de comercio justo e infórmate.
Si lo que te preocupa es saber si tu ropa se ha fabricado o no de manera justa puedes informarte en la campaña Ropa Limpia, que impulsan organizaciones como Setem.
La organización Ideas quiere impulsar una Red Española de Ciudades por el Comercio Justo. Puedes colaborar informando al gobierno de tu municipio. De momento, Córdoba es la única ciudad española que lo ha hecho.
Más información:
Guías sobre cómo practicar un comercio más responsable de la entidad Ecología y Desarrollo
Silvia Torralba / Redacción
Te levantas, corres la cortina para que entre la luz, desayunas té o café con cereales, te vistes, haces la cama, coges la comida del mediodía si es que no vuelves a comer a casa y te marchas al trabajo o a estudiar. Como mucho ha pasado una hora pero en tu vida ya han intervenido muchos productos de consumo, pero ¿de consumo consciente?
El 10 de mayo se celebra en todo el mundo el día internacional del comercio justo, una fecha que las entidades aprovechan para acercarse a la gente y explicar qué es el comercio responsable y cómo podemos llevarlo a cabo de manera habitual. De momento, nosotros te explicamos algunos falsos mitos e ideas a tener en cuenta:
Mito 1: ¿Son más caros los productos de comercio justo? “En esta afirmación hay una parte de tópico porque no todos los productos de comercio justo son más caros. Por ejemplo, encuentras bisutería desde 3 euros a 15 euros, como en cualquier otra tienda”, explica María Herranz, de la Coordinadora estatal de Comercio Justo. En el caso de los alimentos, dice, sí que es verdad que son más caros porque también “son de mayor calidad que los productos convencionales” y además tienen en cuenta criterios sociales –como pagar precios dignos a los productores- y medioambientales.
Mito 2: No los encuentro, son difíciles de conseguir. Una tienda del barrio de toda la vida, una tienda de una entidad donde se vende comercio justo… ¡pueden estar a una calle de tu casa pero no te has fijado! En la web de la Coordinadora estatal de Comercio Justo encuentras un listado con las direcciones de tiendas en toda España. “Para comprar productos de comercio justo producidos en el sur podemos ir a tiendas especializadas o pequeños establecimientos, si el comercio justo se da con gente del norte quizás basta con que nos acerquemos al mercado local”, aconseja Esther Vivas, de la Red de Consumo Solidario. En algunos supermercados también encuentras productos como el café.
Mito 3: Ah, ¿pero hay algo más que café? Uno de los productos de comercio justo más conocidos es el café pero la variedad es muy extensa. Desde productos de alimentación como especias, bebidas y mermeladas, pasando por artesanías y muebles, productos de cosmética, ropa y material de papelería.
Mito 4: El comercio justo, algo lejano. Muchos pueden pensar que los productos de comercio justo vienen de la otra punta del mundo y que no tienen que ver con ellos. Sin embargo, si una cosa favorece el comercio justo es una relación más directa con los productores de países del Sur y un acercamiento a sus realidades. Según la plataforma internacional Fine, que aglutina a numerosas entidades de comercio responsable, el comercio justo se da “con el apoyo de los consumidores” y asegurando “los derechos de los productores y trabajadores marginados, especialmente en el Sur”. Desde otras entidades como la Red de Consumo Solidario, en cambio, consideran que el comercio justo también puede darse con productores del norte, “asegurando los mismos criterios de condiciones laborales dignas y protección al medio ambiente”. Un ejemplo son las cooperativas de consumo o los grupos en situación de exclusión que se organizan para poner en marcha un negocio.
Mito 5: Compro lo primero que veo porque no distingo el producto de comercio justo. Tienes varias maneras de saber si con tu compra apoyas o no el comercio justo. La Coordinadora estatal de Comercio Justo anima a comprar productos que lleven un sello de fondo negro y color verde y azul en el que se lee ‘Fairtrade. Comercio Justo’ porque eso garantiza que los productores tienen condiciones justas de trabajo. Otras entidades como el Espacio por un Comercio Justo, en cambio, explican que existen otras fórmulas, como los sellos y certificaciones participativas. “Más allá del sistema de certificación privado existen estos otros, que son garantías que vienen dadas por los vínculos de confianza entre las organizaciones sociales del norte y los productores del sur”, señala Esther Vivas. Para encontrar estos productos puedes acercarte a las tiendas de ONG especializadas.
Saber lo que compras, el primer paso
Para acercar el comercio justo a la gente, el fin de semana del 10 y 11 de mayo la coordinadora de comercio justo organiza actividades y fiestas en más de 80 municipios del Estado español. Las jornadas se centrarán en la relación entre el comercio justo y el cambio climático.
Como explican desde esta plataforma, cuando pagamos con un producto, y “sin que seamos conscientes de ello”, a veces se apoya también situaciones de “explotación laboral, esclavitud, discriminación de la mujer, salarios de miseria y explotación infantil”, entre otras cosas. De ahí la importancia de saber qué se compra.
“Para acercarse al comercio justo, la mejor manera es ser consciente del comercio injusto, ser conscientes de las injusticias y del impacto de nuestro consumo y mirar qué otras alternativas existen”, advierten desde la Red de Consumo Solidario.
¿Qué puedo hacer yo?
Pásate este fin de semana por alguna de las fiestas a favor del comercio justo. Entra en la web de la coordinadora de comercio justo e infórmate.
Si lo que te preocupa es saber si tu ropa se ha fabricado o no de manera justa puedes informarte en la campaña Ropa Limpia, que impulsan organizaciones como Setem.
La organización Ideas quiere impulsar una Red Española de Ciudades por el Comercio Justo. Puedes colaborar informando al gobierno de tu municipio. De momento, Córdoba es la única ciudad española que lo ha hecho.
Más información:
Guías sobre cómo practicar un comercio más responsable de la entidad Ecología y Desarrollo
0 Comentarios:
Publicar un comentario