Bami pide elevar la valla del tren
para frenar los daños por pedradas
Los vecinos aseguran que "prácticamente a diario" sufren pedradas en la zona colindante con la vía del tren que separa el barrio del Polígono Sur
A. S. Ameneiro
Los vecinos de la calle Castillo Baños de la Encina, en Bami, cuyas viviendas lindan con la vía del tren que los separa del Polígono Sur, llevan años sufriendo daños de pedradas en sus coches y pisos por parte de individuos que las cogen de las vías tras invadir esta zona reservada al tren. La asociación Bami Unido denunció ayer a la prensa que se han realizado "numerosas denuncias ante las diferentes policías" -la comisaría Nacional está a 200 metros- "pero cuando llegan los agentes o han desaparecido los agresores o huyen hacia la calle Manuel Fal Conde". La solución, proponen, es el recrecido de las vallas en toda la extensión de la calle. De momento, los residentes han comenzado a recoger firmas de protesta.
Los que viven en el bloque 2 de la calle son los más afectados ya que el edificio hace esquina con los muros del tren. Luis, de 25 años, uno de ellos, relata la situación: "Este problema lo padecemos hace años. Antes era de vez en cuando, pero ahora es continuado, prácticamente a diario. Al coche de mi madre le han roto la luna tres o cuatro veces este año y a la vecina del primero la piedra le llegó hasta el salón de su casa en plena madrugada hace pocos días. Los que viven en los bajos son los que peor lo pasan". Las inquilinas de un piso de estudiantes de este mismo bloque llevan un año en el barrio y afirman que en ese tiempo se han producido varias roturas de cristales con piedras en coches aparcados en la zona.
Según el testimonio de varias familias de la zona consultadas, se trata de grupos de chavales de entre 16 a 20 años, o bien gorrillas o yonkies que lanzan piedras en el momento en que saltan el muro para entrar en Bami o en el Polígono Sur, sobre todo por la tarde y por la noche.
María Josefa, vecina del número 24, corrobora que las pedradas afectaron hace días a un conductor, amigo de su hija, que cruzaba en su coche a las tres de la mañana y acabó empotrado al otro lado de la calle tras el susto. "Cada dos por tres nos están tirando piedras. Es un peligro hasta asomarse a las terrazas y lo malo es que algún día haya una desgracia personal", afirma.
El temor de los vecinos es que los vándalos cambien la moda de tirar piedras por la de incendiar coches, razón por la que respaldan como mejor solución elevar los muros que separan las vías del tren (que no llegan a dos metros) entre Bami y el Polígono Sur. Según la asociación vecinal, presidida por Rafael Castellano, "los vándalos se suben a las vallas de las vías y juegan al tiro al blanco con nuestras casas, coches, terrazas" y los ataques "van a más en las últimas semanas, aumentan en verano y, sobre todo, nos generan un constante estado de miedo a ser heridos en nuestras casas o al salir a la calle", concluye.
para frenar los daños por pedradas
Los vecinos aseguran que "prácticamente a diario" sufren pedradas en la zona colindante con la vía del tren que separa el barrio del Polígono Sur
A. S. Ameneiro
Los vecinos de la calle Castillo Baños de la Encina, en Bami, cuyas viviendas lindan con la vía del tren que los separa del Polígono Sur, llevan años sufriendo daños de pedradas en sus coches y pisos por parte de individuos que las cogen de las vías tras invadir esta zona reservada al tren. La asociación Bami Unido denunció ayer a la prensa que se han realizado "numerosas denuncias ante las diferentes policías" -la comisaría Nacional está a 200 metros- "pero cuando llegan los agentes o han desaparecido los agresores o huyen hacia la calle Manuel Fal Conde". La solución, proponen, es el recrecido de las vallas en toda la extensión de la calle. De momento, los residentes han comenzado a recoger firmas de protesta.
Los que viven en el bloque 2 de la calle son los más afectados ya que el edificio hace esquina con los muros del tren. Luis, de 25 años, uno de ellos, relata la situación: "Este problema lo padecemos hace años. Antes era de vez en cuando, pero ahora es continuado, prácticamente a diario. Al coche de mi madre le han roto la luna tres o cuatro veces este año y a la vecina del primero la piedra le llegó hasta el salón de su casa en plena madrugada hace pocos días. Los que viven en los bajos son los que peor lo pasan". Las inquilinas de un piso de estudiantes de este mismo bloque llevan un año en el barrio y afirman que en ese tiempo se han producido varias roturas de cristales con piedras en coches aparcados en la zona.
Según el testimonio de varias familias de la zona consultadas, se trata de grupos de chavales de entre 16 a 20 años, o bien gorrillas o yonkies que lanzan piedras en el momento en que saltan el muro para entrar en Bami o en el Polígono Sur, sobre todo por la tarde y por la noche.
María Josefa, vecina del número 24, corrobora que las pedradas afectaron hace días a un conductor, amigo de su hija, que cruzaba en su coche a las tres de la mañana y acabó empotrado al otro lado de la calle tras el susto. "Cada dos por tres nos están tirando piedras. Es un peligro hasta asomarse a las terrazas y lo malo es que algún día haya una desgracia personal", afirma.
El temor de los vecinos es que los vándalos cambien la moda de tirar piedras por la de incendiar coches, razón por la que respaldan como mejor solución elevar los muros que separan las vías del tren (que no llegan a dos metros) entre Bami y el Polígono Sur. Según la asociación vecinal, presidida por Rafael Castellano, "los vándalos se suben a las vallas de las vías y juegan al tiro al blanco con nuestras casas, coches, terrazas" y los ataques "van a más en las últimas semanas, aumentan en verano y, sobre todo, nos generan un constante estado de miedo a ser heridos en nuestras casas o al salir a la calle", concluye.
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