FOTO: Gregorio Barrera
PÚBLICO (30/07/08) - FRANCISCO ARTACHO
Instalan casetas climatizadas
para proteger del calor a PSH
El Ayuntamiento de Sevilla abre un lugar donde los requisitos para pernoctar son mucho menores que los de un albergue
En muchos hogares la solución a las altas temperaturas del verano es fácil: encender el aire acondicionado o, a unas malas, un ventilador que remueva el aire. Pero para algunos, las inclemencias del tiempo, da igual la época del año, sólo pueden mitigarse bajo unos cartones, un cajero o a la sombra de un puente. Son las personas sin hogar.
En Sevilla, los sin techo están de suerte: el Ayuntamiento ha instalado un “centro de baja exigencia”, es decir, un lugar donde los requisitos para pernoctar son mucho menores que los de un albergue. Básicamente sólo hay que guardar el turno. El dispositivo en cuestión lo conforman seis casetas prefabricadas junto al Guadalquivir, con capacidad para 20 personas. Allí pasan las noches cuatro mujeres y 16 hombres.
Duchas y aire acondicionado
La instalación dispone de duchas, camas, televisión y, lo principal en el inclemente verano sevillano, aire acondicionado para combatir las altas temperaturas, que estos días están rozando los 40 grados.
Pocos días después de su apertura, hace una semana, el centro provisional ya se encuentra saturado, por lo que para entrar hay que apuntarse en una lista que los propios usuarios gestionan. Todos, en su mayoría hombres, esperan tranquilamente, bajo la sombra de los árboles charlando, riendo o compartiendo un porro amigablemente.
En uno de los corrillos varios coinciden: “El calor es mucho más difícil de llevar que el frío”. “Sí, menos los días de lluvia”, añade Encarni, una de las usuarias, que además resalta el “buen trato” que recibe por parte de los trabajadores. Otra de las ventajas es que, en comparación con el albergue municipal, que también se encuentra desbordado, las casetas abren cuatro horas antes, a las dos de la tarde. “Así podemos pasar aquí las horas de más calor”, añade Mari. En las horas de la siesta se alcanza la máxima temperatura del día.
El centro provisional ofrece merienda y cena. De nuevo surge la comparación con el albergue. “Aquí la comida es mejor”, coinciden. Por la noche toca elegir, mediante votación, entre ver algún programa de televisión o una película. En la noche del pasado domingo tocó cine, aunque pocos llegaron al final de la película. Porque luego hay que madrugar. A las ocho de la mañana tienen que abandonar las instalaciones. En pocas horas vuelven para poder apuntarse en la lista y así pasar el día bajo un techo y, sobre todo, con aire acondicionado.
Iniciativa similar contra el frío
Durante el pasado invierno la delegación de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sevilla ya puso en marcha una iniciativa similar, pero entonces contra el frío. Durante tres meses, abrió sus puertas la Sala Guadalquivir, que normalmente suele ser utilizada para actividades de Participación Ciudadadana.
A pesar de que en Sevilla el invierno puede resultar menos duro climatológicamente que en otras ciudades de España, tres personas murieron en la calle, no directamente por el frío, sino por causa de las condiciones de vida a que se ven arrastradas “por la exclusión y rechazo que sufren”, señala Antonio Lora, miembro del colectivo Voces Contra la Exclusión, que se encarga de atender a personas sin hogar. En total en España durante 2008 han muerto un total de 30 personas sin techo, según tiene contabilizado la Red Nacional de Entidades que trabajan con Personas sin Hogar.
Este colectivo exige a las instituciones públicas que “aceleren al máximo” las construcción de un albergue definitivo junto al centro provisional. Este nuevo albergue se está levantando sobre los terrenos de una antigua terraza de verano, junto al conocido puente de la Barqueta.
En Sevilla, los sin techo están de suerte: el Ayuntamiento ha instalado un “centro de baja exigencia”, es decir, un lugar donde los requisitos para pernoctar son mucho menores que los de un albergue. Básicamente sólo hay que guardar el turno. El dispositivo en cuestión lo conforman seis casetas prefabricadas junto al Guadalquivir, con capacidad para 20 personas. Allí pasan las noches cuatro mujeres y 16 hombres.
Duchas y aire acondicionado
La instalación dispone de duchas, camas, televisión y, lo principal en el inclemente verano sevillano, aire acondicionado para combatir las altas temperaturas, que estos días están rozando los 40 grados.
Pocos días después de su apertura, hace una semana, el centro provisional ya se encuentra saturado, por lo que para entrar hay que apuntarse en una lista que los propios usuarios gestionan. Todos, en su mayoría hombres, esperan tranquilamente, bajo la sombra de los árboles charlando, riendo o compartiendo un porro amigablemente.
En uno de los corrillos varios coinciden: “El calor es mucho más difícil de llevar que el frío”. “Sí, menos los días de lluvia”, añade Encarni, una de las usuarias, que además resalta el “buen trato” que recibe por parte de los trabajadores. Otra de las ventajas es que, en comparación con el albergue municipal, que también se encuentra desbordado, las casetas abren cuatro horas antes, a las dos de la tarde. “Así podemos pasar aquí las horas de más calor”, añade Mari. En las horas de la siesta se alcanza la máxima temperatura del día.
El centro provisional ofrece merienda y cena. De nuevo surge la comparación con el albergue. “Aquí la comida es mejor”, coinciden. Por la noche toca elegir, mediante votación, entre ver algún programa de televisión o una película. En la noche del pasado domingo tocó cine, aunque pocos llegaron al final de la película. Porque luego hay que madrugar. A las ocho de la mañana tienen que abandonar las instalaciones. En pocas horas vuelven para poder apuntarse en la lista y así pasar el día bajo un techo y, sobre todo, con aire acondicionado.
Iniciativa similar contra el frío
Durante el pasado invierno la delegación de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sevilla ya puso en marcha una iniciativa similar, pero entonces contra el frío. Durante tres meses, abrió sus puertas la Sala Guadalquivir, que normalmente suele ser utilizada para actividades de Participación Ciudadadana.
A pesar de que en Sevilla el invierno puede resultar menos duro climatológicamente que en otras ciudades de España, tres personas murieron en la calle, no directamente por el frío, sino por causa de las condiciones de vida a que se ven arrastradas “por la exclusión y rechazo que sufren”, señala Antonio Lora, miembro del colectivo Voces Contra la Exclusión, que se encarga de atender a personas sin hogar. En total en España durante 2008 han muerto un total de 30 personas sin techo, según tiene contabilizado la Red Nacional de Entidades que trabajan con Personas sin Hogar.
Este colectivo exige a las instituciones públicas que “aceleren al máximo” las construcción de un albergue definitivo junto al centro provisional. Este nuevo albergue se está levantando sobre los terrenos de una antigua terraza de verano, junto al conocido puente de la Barqueta.