Ana Gómez. FOTO: sevilla.org
ABC SEVILLA (18/09/08) - PALOMA GUINEA
«Los servicios sociales comunitarios
han perdido su poder relacional»
El sistema de servicios sociales actual presenta graves limitaciones. Así lo evidenciaba en la mañana de ayer la intervención de la delegada de Bienestar Social del Ayuntamiento de Sevilla, Ana María Gómez Pérez, dentro del "Ier Seminario sobre políticas para la inclusión social".
El debate sobre las nuevas estrategias normativas y relacionales para el abordaje de la exclusión. La necesidad de aumentar la calidad de los servicios prestados y retomar una mayor aproximación en las relaciones con los usuarios fueron dos de los aspectos más señalados durante su discurso, que supo despertar la atención de los alumnos.
La pasión por lo público que bullía en los años 70 en España sirvió de lanzadera para unos incipientes servicios sociales que trataban de adaptar sus mejores intenciones a la situación económica. Para Gómez Pérez, esta época marcó, sin duda, lo que después se convertirían en los principios básicos de los servicios sociales comunitarios. "Más de 8.000 municipios muy pequeños, veían muy limitadas sus competencias debido a la descentralización y las carencias presupuestarias" explicó.
No fue hasta los años 90 que empezó a realizarse una revisión de las leyes iniciales que contemplaba el marco constitucional. A partir de este momento, el crecimiento experimentado por los mismos, a pesar de presentarse de manera desigual en las diferentes comunidades, ha sido innegable.
La vocación inicial de los Servicios Sociales de atender las necesidades de todas las personas en el lugar que éstas se producían ha derivado, debido a su rápida expansión, en la mera provisión de recursos. "Hemos pasado de ser dinamizadores del cambio a convertirnos en simples proveedores de servicios, sometidos a una serie de criterios administrativos, impuestos por nosotros mismos" señaló.
En este sentido, matizó que sus centros se han transformado en oficinas de recursos instrumentales que han renunciado a implicar a otros actores, recalcando que es la propia dinámica del sistema lo que impide la colaboración con otras entidades.
La objetividad y la distancia en las relaciones sociales con los ciudadanos han sido algunos de los componentes, que en opinión de Gómez Pérez, más ha debilitado la prestación de servicios basados en el bienestar de los distintos colectivos. Precisó que es necesario escuchar «al contexto», si lo que se pretende es mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
El debate sobre las nuevas estrategias normativas y relacionales para el abordaje de la exclusión. La necesidad de aumentar la calidad de los servicios prestados y retomar una mayor aproximación en las relaciones con los usuarios fueron dos de los aspectos más señalados durante su discurso, que supo despertar la atención de los alumnos.
La pasión por lo público que bullía en los años 70 en España sirvió de lanzadera para unos incipientes servicios sociales que trataban de adaptar sus mejores intenciones a la situación económica. Para Gómez Pérez, esta época marcó, sin duda, lo que después se convertirían en los principios básicos de los servicios sociales comunitarios. "Más de 8.000 municipios muy pequeños, veían muy limitadas sus competencias debido a la descentralización y las carencias presupuestarias" explicó.
No fue hasta los años 90 que empezó a realizarse una revisión de las leyes iniciales que contemplaba el marco constitucional. A partir de este momento, el crecimiento experimentado por los mismos, a pesar de presentarse de manera desigual en las diferentes comunidades, ha sido innegable.
La vocación inicial de los Servicios Sociales de atender las necesidades de todas las personas en el lugar que éstas se producían ha derivado, debido a su rápida expansión, en la mera provisión de recursos. "Hemos pasado de ser dinamizadores del cambio a convertirnos en simples proveedores de servicios, sometidos a una serie de criterios administrativos, impuestos por nosotros mismos" señaló.
En este sentido, matizó que sus centros se han transformado en oficinas de recursos instrumentales que han renunciado a implicar a otros actores, recalcando que es la propia dinámica del sistema lo que impide la colaboración con otras entidades.
La objetividad y la distancia en las relaciones sociales con los ciudadanos han sido algunos de los componentes, que en opinión de Gómez Pérez, más ha debilitado la prestación de servicios basados en el bienestar de los distintos colectivos. Precisó que es necesario escuchar «al contexto», si lo que se pretende es mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
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