FOTO: Paco Cazalla
CORREO DE ANDALUCÍA (26/12/08)
Paco, el del bigote
Paco, el del bigote
Carlos Moya
La mañana del día de Nochebuena mostró la cara trágica de la Navidad. Una pareja del retén del parque de bomberos de San Bernardo halló el cadáver alrededor de las 8.00 horas, cuando venían de desayunar. El cuerpo sin vida pertenecía a un varón que dormía junto a otro individuo sobre unos colchones apostados a la espalda del antiguo mercado de la Puerta de la Carne. Justo enfrente de la imagen de la pobreza, unos comercios abastecían durante la mañana a los vecinos de la calle Alejo Fernández, que ultimaban sus compras para la cena de Navidad.
El fallecido se llamaba Francisco, más conocido como Paco el del bigote. Estaba divorciado de su mujer, con la que había tenido una hija. Los vecinos lo solían ver por la zona ejerciendo de aparcacoches. Según el bombero que lo halló muerto, Fernando Muñoz, “me acerqué a él porque estaba boca abajo, en posición rana, destapado y perpendicular al colchón. Lo toqué, estaba frío y rígido, cuando la ambulancia del 061 vino, el médico certificó su muerte”.
Se trataba de uno de los muchas personas que duermen estos días por los alrededores del barrio de la Puerta de la Carne, refugiándose del frío en los soportales de los bloques o bajo el Puente de San Bernardo, una situación que se repite durante el año. Sin embargo, el fallecido había pasado la gélida madrugada del 24 de diciembre a la intemperie.
La noche antes, según apuntaron los vecinos, había recogido un aguinaldo junto a su compañero de colchón, Manuel, bastante afectado: “Ya ves, para nosotros, en estas condiciones, no existe la Navidad”.
Según sus allegados, el no poder ver a su hija provocó que el fallecido se refugiase en la bebida. Logró rehabilitarse en un centro de Algeciras. Allí trabajó de conductor de camiones, pero recayó y volvió a Sevilla.
El fallecido se llamaba Francisco, más conocido como Paco el del bigote. Estaba divorciado de su mujer, con la que había tenido una hija. Los vecinos lo solían ver por la zona ejerciendo de aparcacoches. Según el bombero que lo halló muerto, Fernando Muñoz, “me acerqué a él porque estaba boca abajo, en posición rana, destapado y perpendicular al colchón. Lo toqué, estaba frío y rígido, cuando la ambulancia del 061 vino, el médico certificó su muerte”.
Se trataba de uno de los muchas personas que duermen estos días por los alrededores del barrio de la Puerta de la Carne, refugiándose del frío en los soportales de los bloques o bajo el Puente de San Bernardo, una situación que se repite durante el año. Sin embargo, el fallecido había pasado la gélida madrugada del 24 de diciembre a la intemperie.
La noche antes, según apuntaron los vecinos, había recogido un aguinaldo junto a su compañero de colchón, Manuel, bastante afectado: “Ya ves, para nosotros, en estas condiciones, no existe la Navidad”.
Según sus allegados, el no poder ver a su hija provocó que el fallecido se refugiase en la bebida. Logró rehabilitarse en un centro de Algeciras. Allí trabajó de conductor de camiones, pero recayó y volvió a Sevilla.
1 Comentarios:
Hola a todos.
A Paco, el del bigote, lo conocimos de ruta con Solidarios a comienzo de este curso.
Se refugiaba en la casa de los andamios, en la Av. Menéndez y Pelayo. Los dueños del inmueble, después de varios años de abandono, decidieron tapiar la entrada. Así, Paco y alguno de sus compañeros empezaron a frecuentar plazas y soportales alrededor de la Puerta de la Carne.
Le recuerdo por su voz ronca. Su afición por los acertijos. Y sobre todo, su carisma. A pesar de no tener nada, al empezar las noches frías del invierno, acogió a su lado a personas sin hogar más ancianas como José, el Arenas.
Paco ya no está para desvelar los enigmas que nos dejó planteados. Nosotros quedamos para recordarle, sabiendo que hay cosas con las que vivimos y que no llegan a arreglarse nunca.
Descanse en paz.
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