FOTO: R. Ríos / M. Gómez
lavozdigital.es vía enredpsh.org - ELENA MARTOS
(08/01/09)
Devuelven maletas detrozadas
El servicio de limpieza cumplió su compromiso a medias con los «sin techo» de la plaza de España. Los trabajadores volvieron a colocar ayer las maletas junto al jardín, pero no parecían las mismas. Estaban retorcidas y sucias, lo que ha indignado aún más a sus propietarios que pasaron el día de Reyes con lo puesto y sin ninguna solución.
Tras un día entero de trámites y visitas al punto limpio de Zona Franca donde habían trasladado el equipaje y las mantas, María F. F. y su marido José Ramón R. G. consiguieron arrancarle a la empresa el compromiso de que el contenedor en el que habían depositado sus cosas estaría localizado y lo abrirían después del festivo. Han pasado sólo dos días y dicen no entender cómo pueden estar en ese estado. «No las hemos tocado, siguen tal como nos las han dejado», aseguró ayer María, que llegó hace seis meses a la céntrica plaza acompañada de su esposo y José, que había sido empleado de ambos.
Junto a ellos y casi desde el principio convive Vitelis, una joven dominicana con la que han entablado una gran amistad. Al grupo se han unido un par de personas más en el último mes y mantienen una relación cordial. «Tenemos nuestras cosas ordenadas y procuramos no dejar basura ni suciedad. Además, conocemos a agentes de Policía Local y a trabajadores de la limpieza, no entiendo por qué nos las quitan ahora», se lamentó María. Tanto ella como su marido llevaron a cabo todos los trámites para recuperar sus pertenencias y llegaron a ponerse en contacto con el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria del servicio, que les garantizó que se las harían llegar sin problemas, según cuentan.
La única explicación que les han dado es que un particular ha puesto una denuncia para que les retiraran el equipaje. Pero no quieren dejarlo pasar y pedirán una cita con la alcaldesa, Teófila Martínez, para saber qué solución le pueden dar a los artículos estropeados.
Tras un día entero de trámites y visitas al punto limpio de Zona Franca donde habían trasladado el equipaje y las mantas, María F. F. y su marido José Ramón R. G. consiguieron arrancarle a la empresa el compromiso de que el contenedor en el que habían depositado sus cosas estaría localizado y lo abrirían después del festivo. Han pasado sólo dos días y dicen no entender cómo pueden estar en ese estado. «No las hemos tocado, siguen tal como nos las han dejado», aseguró ayer María, que llegó hace seis meses a la céntrica plaza acompañada de su esposo y José, que había sido empleado de ambos.
Junto a ellos y casi desde el principio convive Vitelis, una joven dominicana con la que han entablado una gran amistad. Al grupo se han unido un par de personas más en el último mes y mantienen una relación cordial. «Tenemos nuestras cosas ordenadas y procuramos no dejar basura ni suciedad. Además, conocemos a agentes de Policía Local y a trabajadores de la limpieza, no entiendo por qué nos las quitan ahora», se lamentó María. Tanto ella como su marido llevaron a cabo todos los trámites para recuperar sus pertenencias y llegaron a ponerse en contacto con el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria del servicio, que les garantizó que se las harían llegar sin problemas, según cuentan.
La única explicación que les han dado es que un particular ha puesto una denuncia para que les retiraran el equipaje. Pero no quieren dejarlo pasar y pedirán una cita con la alcaldesa, Teófila Martínez, para saber qué solución le pueden dar a los artículos estropeados.
(07/01/09)
Retiran mantas a «sin techo»
Sin regalos y con lo puesto. Así pasaron el día de Reyes los «inquilinos» del monumento de la plaza de España. Se trata de un grupo de seis personas que vive a la intemperie, algunos desde hace seis meses, con sus maletas a cuestas. Ahora sin ellas desde que el servicio de limpieza se las llevara a un contenedor del punto limpio de Zona Franca donde ya las han reclamado.
El más veterano del grupo, José Ramón R. G., asegura que no han sido sólo las mantas y la ropa, «también se han llevado la comida». Curiosa paradoja, «estamos junto al monumento que recuerda a la primera Constitución que reconoce derechos individuales y ahora nos vienen a vulnerar los nuestros», se lamenta.
José Ramón tiene 60 años y es gallego. Llegó a Cádiz en junio del año pasado acompañado de su mujer, María, para buscar salida a una mala racha laboral que empieza a hacerse muy larga. Junto a ellos vive también Paco, su antiguo empleado y otras tres personas más que se han unido al grupo en el último mes.
Todos se quedaron de una pieza el pasado martes cuando vieron vacío el banco en el que tenían todas sus cosas. «Primero llamamos a la Policía Local, que no tenía constancia y luego probamos con el servicio de limpieza y admitieron que lo habían tirado todo al contenedor», explica Miguel, compañero de fatigas.
Vaya regalo
En este tiempo, los «sin techo» de la plaza de España han hecho buenas migas con agentes y trabajadores de la limpieza. «Nos conocen y saben que no dejamos basura ni alborotamos», asegura Miguel, que dice no entender esta actitud. Fue él mismo el que llamó a la empresa concesionaria, Sufi Cointer, y realizó todos los trámites, pero ni por esas.
Hasta hoy, por una cuestión de festivos, no será posible abrir el contenedor y sacar el equipaje, tal y como les puntualizaron los responsables del servicio municipal. «Hemos pasado las fiestas de aquella manera y ahora nos vienen con esto cuando nunca nos han dicho nada. Es inadmisible», considera Miguel.
Según cuenta, los trabajadores llevaron maletas y bolsas hasta el punto limpio y los tiraron a un contenedor que se cierra herméticamente para que su contenido sea prensado después. Las primeras gestiones de los afectados no sirvieron de mucho y el destino de sus pertenencias iba a ser el reciclaje, pero al final consiguieron parar el compactador de residuos, aunque nadie les garantiza que cuando lleguen hoy se encuentren el equipaje de una pieza.
Miguel insiste en que la ropa no estaba tirada, sino ordenada y guardada sin dar la impresión de desecho. En total, han sido cinco maletas, una mochila y unas seis bolsas con ropa. «Nos han dejado literalmente con lo puesto el mismo día de Reyes», critica el indigente.
José Ramón prefiere tomárselo con humor y aguarda con paciencia, aunque considera un abuso que les hayan dejado sin nada, en estas fechas y sin avisar. «Nos dan como solución irnos a un albergue, pero estamos aquí por decisión propia, no tienen ningún derecho a quitarnos nuestras cosas» recalca. Los Reyes se olvidaron de los «sin techo» de la plaza de España, que se refugian del frío bajo los árboles. Poco a poco se han ido acostumbrando al ambiente húmedo de la noche y a protegerse de robos e insultos de los que son víctimas durante los fines de semana.
El más veterano del grupo, José Ramón R. G., asegura que no han sido sólo las mantas y la ropa, «también se han llevado la comida». Curiosa paradoja, «estamos junto al monumento que recuerda a la primera Constitución que reconoce derechos individuales y ahora nos vienen a vulnerar los nuestros», se lamenta.
José Ramón tiene 60 años y es gallego. Llegó a Cádiz en junio del año pasado acompañado de su mujer, María, para buscar salida a una mala racha laboral que empieza a hacerse muy larga. Junto a ellos vive también Paco, su antiguo empleado y otras tres personas más que se han unido al grupo en el último mes.
Todos se quedaron de una pieza el pasado martes cuando vieron vacío el banco en el que tenían todas sus cosas. «Primero llamamos a la Policía Local, que no tenía constancia y luego probamos con el servicio de limpieza y admitieron que lo habían tirado todo al contenedor», explica Miguel, compañero de fatigas.
Vaya regalo
En este tiempo, los «sin techo» de la plaza de España han hecho buenas migas con agentes y trabajadores de la limpieza. «Nos conocen y saben que no dejamos basura ni alborotamos», asegura Miguel, que dice no entender esta actitud. Fue él mismo el que llamó a la empresa concesionaria, Sufi Cointer, y realizó todos los trámites, pero ni por esas.
Hasta hoy, por una cuestión de festivos, no será posible abrir el contenedor y sacar el equipaje, tal y como les puntualizaron los responsables del servicio municipal. «Hemos pasado las fiestas de aquella manera y ahora nos vienen con esto cuando nunca nos han dicho nada. Es inadmisible», considera Miguel.
Según cuenta, los trabajadores llevaron maletas y bolsas hasta el punto limpio y los tiraron a un contenedor que se cierra herméticamente para que su contenido sea prensado después. Las primeras gestiones de los afectados no sirvieron de mucho y el destino de sus pertenencias iba a ser el reciclaje, pero al final consiguieron parar el compactador de residuos, aunque nadie les garantiza que cuando lleguen hoy se encuentren el equipaje de una pieza.
Miguel insiste en que la ropa no estaba tirada, sino ordenada y guardada sin dar la impresión de desecho. En total, han sido cinco maletas, una mochila y unas seis bolsas con ropa. «Nos han dejado literalmente con lo puesto el mismo día de Reyes», critica el indigente.
José Ramón prefiere tomárselo con humor y aguarda con paciencia, aunque considera un abuso que les hayan dejado sin nada, en estas fechas y sin avisar. «Nos dan como solución irnos a un albergue, pero estamos aquí por decisión propia, no tienen ningún derecho a quitarnos nuestras cosas» recalca. Los Reyes se olvidaron de los «sin techo» de la plaza de España, que se refugian del frío bajo los árboles. Poco a poco se han ido acostumbrando al ambiente húmedo de la noche y a protegerse de robos e insultos de los que son víctimas durante los fines de semana.
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