CON CARTONES POR LA CALLE (10/06/09) - ENRIQUE RICHARD
Las personas que viven en la calle difícilmente desvelan el lugar en dónde duermen. Es éste seguramente su secreto mejor guardado.
Hay quienes durante el día recorren la ciudad buscándose la vida.
- “Desayuno en el Ejército de Salvación. Cojo el bocadillo en las monjas de la Sagrada Familia y luego marcho a las Leonas para que me den de comer”.
Hay otros que se pasan el día buscando chatarra.
En el mercado de los chatarreros el hierro se cotiza a 5 céntimos de euro el kilo. O, lo que es lo mismo, se necesitan 100 Kg. de hierro para ganar 5 €… ¡Y no podéis imaginar la competencia que existe! Claro que el aluminio se paga mejor. Aunque en este momento desconozco a qué precio se cotiza.
Y hay también algunos que se pasan el día en su banco, viéndolas venir.
Pero casi todos se buscan un lugar fijo para dormir.
Ese sitio será difícil que te lo quieran revelar.
Ellos saben que está en juego su seguridad. Que la noche es traidora y que todos los peligros acechan.
- “El beber te quita el miedo a la noche”, me decía un día José.
- Pero te hace más vulnerable, pensaba yo.
Por eso los cajeros son, en muchos casos, su tabla de salvación. Su reducto inexpugnable.
Aunque, como me decía David:
- “Nunca te sientes seguro. Duermes con un oído puesto y los ojos a medio cerrar”.
- “No. No duermo sola, comentaba Antonia. Siempre me busco a alguien, principalmente hombre, que me haga compañía y me proteja”.
- “Pero, cuando llega la noche aquí sólo quedamos tres o cuatro. Los demás se buscan cajeros”.
Y sobre todo cuando llueve.
En estos días de tanta lluvia, incluso Juan, al que le gusta dormir bajo las estrellas, se ha buscado un cajero, “porque llovía demasiado”.
La gran preocupación de los que están en situación de calle es la noche y buscarse el sitio en dónde poder descansar sin que nadie les agreda, ni les moleste:
-“Me fui de la zona del Raval. Allí había muchas peleas y los Mossos y la Guardia Urbana siempre te estaban molestando. Y, cuando no, te venían los de la limpieza lanzando chorros de agua para limpiar”.
A lo dicho: Aunque haya a quienes no les gusta que los cajeros se destinen a este menester, yo sigo pensando que, si los cajeros no existiesen, los servicios sociales deberían inventarlos.
Y ya puestos, aprovechando la aparente (sólo aparente) sinrazón de lo que digo, que los hicieran con camas y con ducha.
- “Desayuno en el Ejército de Salvación. Cojo el bocadillo en las monjas de la Sagrada Familia y luego marcho a las Leonas para que me den de comer”.
Hay otros que se pasan el día buscando chatarra.
En el mercado de los chatarreros el hierro se cotiza a 5 céntimos de euro el kilo. O, lo que es lo mismo, se necesitan 100 Kg. de hierro para ganar 5 €… ¡Y no podéis imaginar la competencia que existe! Claro que el aluminio se paga mejor. Aunque en este momento desconozco a qué precio se cotiza.
Y hay también algunos que se pasan el día en su banco, viéndolas venir.
Pero casi todos se buscan un lugar fijo para dormir.
Ese sitio será difícil que te lo quieran revelar.
Ellos saben que está en juego su seguridad. Que la noche es traidora y que todos los peligros acechan.
- “El beber te quita el miedo a la noche”, me decía un día José.
- Pero te hace más vulnerable, pensaba yo.
Por eso los cajeros son, en muchos casos, su tabla de salvación. Su reducto inexpugnable.
Aunque, como me decía David:
- “Nunca te sientes seguro. Duermes con un oído puesto y los ojos a medio cerrar”.
- “No. No duermo sola, comentaba Antonia. Siempre me busco a alguien, principalmente hombre, que me haga compañía y me proteja”.
- “Pero, cuando llega la noche aquí sólo quedamos tres o cuatro. Los demás se buscan cajeros”.
Y sobre todo cuando llueve.
En estos días de tanta lluvia, incluso Juan, al que le gusta dormir bajo las estrellas, se ha buscado un cajero, “porque llovía demasiado”.
La gran preocupación de los que están en situación de calle es la noche y buscarse el sitio en dónde poder descansar sin que nadie les agreda, ni les moleste:
-“Me fui de la zona del Raval. Allí había muchas peleas y los Mossos y la Guardia Urbana siempre te estaban molestando. Y, cuando no, te venían los de la limpieza lanzando chorros de agua para limpiar”.
A lo dicho: Aunque haya a quienes no les gusta que los cajeros se destinen a este menester, yo sigo pensando que, si los cajeros no existiesen, los servicios sociales deberían inventarlos.
Y ya puestos, aprovechando la aparente (sólo aparente) sinrazón de lo que digo, que los hicieran con camas y con ducha.