DIARIO DE SEVILLA (29/07/09) - I.G.T.
Ruta de los desesperados
El paseo Juan Carlos I se convierte en un refugio para indigentes de diversas nacionalidades que han perdido su trabajo debido a la actual crisis económica.
Entre los puentes de la Barqueta y el Alamillo, a la orilla del río, mientras mucha gente pasea o hace deporte, otros con menos suerte intentan evitar a los paseantes y los miran con desconfianza. Desde hace unos meses han proliferado grupos de personas sin hogar que duermen y sobreviven a lo largo del paseo Juan Carlos I en los aledaños del río. Actualmente el paseo comprendido entre estos dos puentes está ocupado por asentamientos de rumanos y suramericanos sin hogar, que utilizan esta zona apartada para cobijarse y dormir, ya que, durante el día, cambian de lugar para buscar trabajo o ir a los distintos comedores de la ciudad.
"Nos hemos venido al río para no dar mala imagen", explica uno del grupo de bolivianos y ecuatorianos que están durmiendo en el paseo, "no nos gusta que nos vean así en este estado, es una vergüenza para nosotros".
Muchos de estos indigentes habían sido desalojados anteriormente de distintos asentamientos, pero otros son inmigrantes que trabajaban en la construcción y perdieron su ocupación en los últimos meses. "Todos teníamos trabajo, pero con la crisis lo perdimos y ya no podíamos pagar el piso, y aquí si no pagas te echan rápidamente la calle", explica despacio y casi susurrando Caballo Viejo, el mayor del grupo de los suramericanos sin hogar.
Bebiendo vino tinto en vasos de plástico o cervezas para desayunar, el grupo de latinos formado por Caballo Viejo, por ser el mayor, Pony, por su altura, o Silbador, porque le faltan los dientes delanteros, junto con el resto del grupo, comentan cómo sobreviven viviendo en la calle y sin trabajo desde hace cinco meses gracias a amigos que les traen comida y a la ropa que les dan en la beneficencia. "Nuestra esperanza es encontrar trabajo y salir de la calle", dicen. "No podemos volver a Bolivia igual o incluso peor que salimos, además allí la situación es mucho peor", comenta el grupo.
Los asentamientos de latinos, rumanos y los distintos grupos de indigentes conviven en campamentos separados y sin relación entre ellos. Aunque la convivencia es pacífica, según explican, alguna vez han tenido problemas con pandillas de jóvenes musulmanes que han intentado en varias ocasiones increparles y atacarles violentamente. Desde la Consejería de Medio Ambiente aclaran que conocen la situación y que los asentamientos ilegales de indigentes del paseo Juan Carlos I están contemplados dentro del itinerario programado de asentamientos, programa que realiza aproximadamente entre 10 y 13 desalojos a la semana de asentamientos ilegales. Lo que significa que estos sin techo serán desalojados de la zona y buscarán otros asentamientos en distintos lugares de la ciudad para cobijarse.
Además, esta situación se une al estado de abandono y a las pésimas condiciones en las que se encuentra el paseo de Juan Carlos I y Torneo con barandillas oxidadas o desaparecidas, pavimentos levantados, vegetación descontrolada y vandalismo, por citar algunos ejemplos, que provocan en los ciudadanos sensación de inseguridad y abandono, igual que otros parques de Sevilla como los Jardines del Valle antes de su remodelación. Tras la celebración de la Expo 92 la única inversión municipal de importancia que ha recibido Torneo son los 600.000 euros que se destinaron en 2005 a adecuar, para su apertura al tráfico, la pasarela de la Expo.
Entre los puentes de la Barqueta y el Alamillo, a la orilla del río, mientras mucha gente pasea o hace deporte, otros con menos suerte intentan evitar a los paseantes y los miran con desconfianza. Desde hace unos meses han proliferado grupos de personas sin hogar que duermen y sobreviven a lo largo del paseo Juan Carlos I en los aledaños del río. Actualmente el paseo comprendido entre estos dos puentes está ocupado por asentamientos de rumanos y suramericanos sin hogar, que utilizan esta zona apartada para cobijarse y dormir, ya que, durante el día, cambian de lugar para buscar trabajo o ir a los distintos comedores de la ciudad.
"Nos hemos venido al río para no dar mala imagen", explica uno del grupo de bolivianos y ecuatorianos que están durmiendo en el paseo, "no nos gusta que nos vean así en este estado, es una vergüenza para nosotros".
Muchos de estos indigentes habían sido desalojados anteriormente de distintos asentamientos, pero otros son inmigrantes que trabajaban en la construcción y perdieron su ocupación en los últimos meses. "Todos teníamos trabajo, pero con la crisis lo perdimos y ya no podíamos pagar el piso, y aquí si no pagas te echan rápidamente la calle", explica despacio y casi susurrando Caballo Viejo, el mayor del grupo de los suramericanos sin hogar.
Bebiendo vino tinto en vasos de plástico o cervezas para desayunar, el grupo de latinos formado por Caballo Viejo, por ser el mayor, Pony, por su altura, o Silbador, porque le faltan los dientes delanteros, junto con el resto del grupo, comentan cómo sobreviven viviendo en la calle y sin trabajo desde hace cinco meses gracias a amigos que les traen comida y a la ropa que les dan en la beneficencia. "Nuestra esperanza es encontrar trabajo y salir de la calle", dicen. "No podemos volver a Bolivia igual o incluso peor que salimos, además allí la situación es mucho peor", comenta el grupo.
Los asentamientos de latinos, rumanos y los distintos grupos de indigentes conviven en campamentos separados y sin relación entre ellos. Aunque la convivencia es pacífica, según explican, alguna vez han tenido problemas con pandillas de jóvenes musulmanes que han intentado en varias ocasiones increparles y atacarles violentamente. Desde la Consejería de Medio Ambiente aclaran que conocen la situación y que los asentamientos ilegales de indigentes del paseo Juan Carlos I están contemplados dentro del itinerario programado de asentamientos, programa que realiza aproximadamente entre 10 y 13 desalojos a la semana de asentamientos ilegales. Lo que significa que estos sin techo serán desalojados de la zona y buscarán otros asentamientos en distintos lugares de la ciudad para cobijarse.
Además, esta situación se une al estado de abandono y a las pésimas condiciones en las que se encuentra el paseo de Juan Carlos I y Torneo con barandillas oxidadas o desaparecidas, pavimentos levantados, vegetación descontrolada y vandalismo, por citar algunos ejemplos, que provocan en los ciudadanos sensación de inseguridad y abandono, igual que otros parques de Sevilla como los Jardines del Valle antes de su remodelación. Tras la celebración de la Expo 92 la única inversión municipal de importancia que ha recibido Torneo son los 600.000 euros que se destinaron en 2005 a adecuar, para su apertura al tráfico, la pasarela de la Expo.
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