ABC (23/11/10) - AURORA FLÓREZ
El pasado año Cáritas Diocesana de Sevilla atendió a 51.140 personas en distintas situaciones de pobreza, de ellas el 5 por ciento eran personas sin hogar, la estampa más visible de la exclusión social y de la que más se aparta la mirada. Un 5 por ciento que manifesta el fracaso real y evidente de nuestra sociedad», en palabras de la secretaria general de Cáritas Regional, Auxiliadora González, quien abogó por «hacer visible la cara de los invisibles».
Al hilo de la celebración, el próximo 28 del Día de los Sin Techo, bajo el lema de «Nadie sin Derechos. Nadie sin hogar», Auxiliadora González; el presidente de Cáritas Sevilla, Felipe Cecilia; y la responsable del Area de Atención Social, Gloria Rivas, pusieron sobre el tapete los números asociados la cara más dramática de la pobreza, en un contexto de crisis y de nuevos parámetros en lo que «lo más duro está aún por venir». Y, a pesar de que ahora, en el Año Europeo de Lucha contra la pobreza y la exclusión social, ha comenzado una campaña que durará cinco años contra el «sinhogarismo», con el objetivo principal de que nadie duerma en la calle en 2015, el horizonte de esperanza se vislumbra lejano para esas personas que malviven a la intemperie, excluidos de la participación económica y social, aislados y que en Andalucía se traducen en 5.476 casos atendidos por Cáritas.
El perfil es el de un hombre (89.2 por ciento. En Sevilla el 77 por ciento) con una edad media de 45 años, algunos con ingresos medios de unos 340 euros de pensiones no contributivas, con problemas derivados del consumo de tóxicos, de salud física y mental, de carácter judicial y sin apoyo social o familiar, la mayoría afirma estar en la calle por pérdida de empleo y, un dato nuevo, se registra que los niveles de estudio son más altos (enseñanza secundaria y superior).
Son los efectos de la crisis, que también se advierten en el aumento de personas que solicitan ayuda en centros para personas sin techo, a donde se acercan cada vez más temporeros relacionados con las campañas agrícolas; en el incremento de infraviviendas y casas «okupadas», sin empadronamiento; en el hacinamiento severo, con subarriendo de habitaciones, «pisos patera» o «camas calientes», en los inmigrantes con dificultades para renovar los permisos de residencia y trabajo... Cáritas cuenta para la atención de este colectivo con 2.234.022 euros, el 51.73 por ciento proveniente de recursos propios, con las aportaciones de la comunidad cristiana, el 47.07 por ciento de la Administración, y el 1,20 por ciento de entidades privadas. De la cifra, 723.830 euros corresponden a lo invertido el pasado año en Sevilla, donde 18 profesionales y 75 voluntarios trabajan en la atención a las personas sin hogar.
En Sevilla, Cáritas dispone de tres recursos para las personas sin hogar: el «Centro Amigo», el piso tutelado «Alba» y el proyecto de la parroquia de San Vicente «Levántate y Anda». En los dos primeros se han atendido a 99 personas en 2009 y en el proyecto parroquial atiende diariamente en la calle a una media de 26 personas. Un 94 por ciento de ellos son andaluces frente al 6 por ciento de extranjeros. En general, en cuanto al estado de salud, padecen desnutrición un 53 por ciento; infección por VIH un 50,5 por ciento y trastornos psiquiátricos 37 por ciento. El 30 por ciento de ellos presentan discapacidad de diferente grado y tipo. Otro dato a tener en cuenta en Sevilla es el aumento de inmigrantes jóvenes procedentes de Europa del Este y Marruecos que ya no encuentran trabajo de temporeros.
Por último, los responsables de Cáritas pidieron a las administraciones públicas coordinación y la creación de un Pacto de Estado por la Inclusión Social; que se garantice a las personas sin hogar en proceso de inclusión alojamientos adecuados a sus situaciones y el desarrollo de la Ley de Inclusión para Andalucía, en la que se trabaja desde 2008, y que reconocería una renta mínima de inclusión y articularía la coordinación entre las administraciones. A la sociedad civil reclama Cáritas que favorezca la transformación del modelo social, que contribuye al sostenimiento de la pobreza y la exclusión; actitudes solidarias y hacer lo posible porque estos problemas y realidades dramáticas sean visibles.
Al hilo de la celebración, el próximo 28 del Día de los Sin Techo, bajo el lema de «Nadie sin Derechos. Nadie sin hogar», Auxiliadora González; el presidente de Cáritas Sevilla, Felipe Cecilia; y la responsable del Area de Atención Social, Gloria Rivas, pusieron sobre el tapete los números asociados la cara más dramática de la pobreza, en un contexto de crisis y de nuevos parámetros en lo que «lo más duro está aún por venir». Y, a pesar de que ahora, en el Año Europeo de Lucha contra la pobreza y la exclusión social, ha comenzado una campaña que durará cinco años contra el «sinhogarismo», con el objetivo principal de que nadie duerma en la calle en 2015, el horizonte de esperanza se vislumbra lejano para esas personas que malviven a la intemperie, excluidos de la participación económica y social, aislados y que en Andalucía se traducen en 5.476 casos atendidos por Cáritas.
El perfil es el de un hombre (89.2 por ciento. En Sevilla el 77 por ciento) con una edad media de 45 años, algunos con ingresos medios de unos 340 euros de pensiones no contributivas, con problemas derivados del consumo de tóxicos, de salud física y mental, de carácter judicial y sin apoyo social o familiar, la mayoría afirma estar en la calle por pérdida de empleo y, un dato nuevo, se registra que los niveles de estudio son más altos (enseñanza secundaria y superior).
Son los efectos de la crisis, que también se advierten en el aumento de personas que solicitan ayuda en centros para personas sin techo, a donde se acercan cada vez más temporeros relacionados con las campañas agrícolas; en el incremento de infraviviendas y casas «okupadas», sin empadronamiento; en el hacinamiento severo, con subarriendo de habitaciones, «pisos patera» o «camas calientes», en los inmigrantes con dificultades para renovar los permisos de residencia y trabajo... Cáritas cuenta para la atención de este colectivo con 2.234.022 euros, el 51.73 por ciento proveniente de recursos propios, con las aportaciones de la comunidad cristiana, el 47.07 por ciento de la Administración, y el 1,20 por ciento de entidades privadas. De la cifra, 723.830 euros corresponden a lo invertido el pasado año en Sevilla, donde 18 profesionales y 75 voluntarios trabajan en la atención a las personas sin hogar.
En Sevilla, Cáritas dispone de tres recursos para las personas sin hogar: el «Centro Amigo», el piso tutelado «Alba» y el proyecto de la parroquia de San Vicente «Levántate y Anda». En los dos primeros se han atendido a 99 personas en 2009 y en el proyecto parroquial atiende diariamente en la calle a una media de 26 personas. Un 94 por ciento de ellos son andaluces frente al 6 por ciento de extranjeros. En general, en cuanto al estado de salud, padecen desnutrición un 53 por ciento; infección por VIH un 50,5 por ciento y trastornos psiquiátricos 37 por ciento. El 30 por ciento de ellos presentan discapacidad de diferente grado y tipo. Otro dato a tener en cuenta en Sevilla es el aumento de inmigrantes jóvenes procedentes de Europa del Este y Marruecos que ya no encuentran trabajo de temporeros.
Por último, los responsables de Cáritas pidieron a las administraciones públicas coordinación y la creación de un Pacto de Estado por la Inclusión Social; que se garantice a las personas sin hogar en proceso de inclusión alojamientos adecuados a sus situaciones y el desarrollo de la Ley de Inclusión para Andalucía, en la que se trabaja desde 2008, y que reconocería una renta mínima de inclusión y articularía la coordinación entre las administraciones. A la sociedad civil reclama Cáritas que favorezca la transformación del modelo social, que contribuye al sostenimiento de la pobreza y la exclusión; actitudes solidarias y hacer lo posible porque estos problemas y realidades dramáticas sean visibles.
CORREO DE ANDALUCÍA (22/11/10) - IRIA COMESAÑA
"Ser un sin hogar es mucho más que no tener vivienda", resumía ayer Felipe Cecilia, presidente de Cáritas Sevilla, para explicar que las personas que viven en la calle no sólo carecen de techo: tampoco tienen trabajo, red familiar de apoyo, ocupación, expectativas de futuro, ni siquiera salud.
La ONG trazó ayer un somero perfil de quienes ocupan las calles de Sevilla -unas 250 personas según el sondeo que ultima el colectivo Voces-, que ofrece datos tan dramáticos como que el 53% de los sin hogar atendidos por Cáritas sufre malnutrición, y la mitad, sida. Y pese a ser "el fenómeno más visible de la exclusión", nadie parece verlos. "No despiertan interés, no tienen el calor ni el cariño de nadie", denunció Cecilia, que reclamó "más espíritu solidario" a los ciudadanos y más compromiso a las instituciones.
Cáritas presentó su campaña para el Día de las personas sin hogar, que se celebra el domingo, recordando que el compromiso de la Unión Europea en su lucha contra la pobreza es lograr que en cinco años no haya nadie sin techo. Sin embargo, la ONG cree que haría falta "un milagro" para hacerlo realidad.
Entretanto, las entidades que trabajan con el colectivo reclaman la creación de un pacto de estado por la inclusión social que garantice, por ejemplo, una renta mínima de inserción a quien viva en la calle. Hoy día, el 70% de los sin hogar no tiene ingresos, y el 30% restante se mantiene, básicamente, con un salario social de unos 340 euros.
Cáritas, que ha visto incrementados un 33% los fondos que recibe de la Junta -tres millones de euros para 2010-2011- alerta de que lo peor está por llegar: "Ya hay gente que no es un sin techo pero vive hacinada en pisos, en camas calientes o infraviviendas, que cuando agote sus recursos -ahorros, prestaciones o red de apoyo familiar- puede acabar en la calle", avisan.
Para tratar de rescatarlos, Cáritas tiene dos dispositivos residenciales: el Centro Amigo, con 22 plazas de acogida y 40 en su centro de día, sirve de puente entre los indigentes y una vida más normalizada, aunque suele hacer falta entre nueve meses y un año para que pasen a la siguiente fase; y el piso tutelado Alba, con cinco plazas, para quien luego sigue necesitando ayuda. El año pasado atendieron a 99 personas. También dispone de una primera línea de acercamiento, el proyecto Levántante y anda, desarrollado por voluntarios de la parroquia de San Vicente que cada noche atienden a una media de 26 personas que duermen en la calle.
"Se busca ir estableciendo relación con ellos. No se les da comida, pero se les informa de recursos como albergues, comedores, roperos, asistencia sanitaria o Cecop Social, porque muchos no saben que existen", explica Gloria Rivas, responsable de Inclusión Social de Cáritas.
La ONG Solidarios para el Desarrollo lleva 13 años desarrollando esta misma labor en Sevilla, con tres rutas por el Centro, el Arenal y San Bernardo-Macarena, que la convierten en una referencia en la atención a personas sin hogar, junto a Cáritas y a Sine Domus -que atiende a menos usuarios-.
Solidarios sale cada noche, de lunes a jueves, tras preparar "café caliente y galletas para entrar en contacto con estas personas, porque no tienen por qué querer hablar con nosotros y eso nos vale de excusa", dice su delegada, María Rodríguez. En sus itinerarios encuentran a una veintena de personas al día, aunque "a veces pueden ser la mitad y otras veces el doble o el triple". Además de darles información, atienden sus dudas: "Ellos saben que no tenemos mantas pero podemos decirles dónde conseguirlas, o llamar a una ambulancia o al Cecop Social si lo necesitan". Una docena de voluntarios les preguntan para saber si los sin hogar están bien y se interesan por los que hace tiempo que no ven. "En algunas zonas nos informan si alguien ha sido ingresado en un hospital o le ha ocurrido algo. En otras, como el río, ninguno de los que vive sabe nada de los demás". Como Cáritas, Solidarios no sólo busca acercar a los indigentes a los recursos que brinda la administración, sino sobre todo, acercarse a aquellos tan deteriorados socialmente que nunca se acercarían por sí mismos a una ayuda pública.
La ONG trazó ayer un somero perfil de quienes ocupan las calles de Sevilla -unas 250 personas según el sondeo que ultima el colectivo Voces-, que ofrece datos tan dramáticos como que el 53% de los sin hogar atendidos por Cáritas sufre malnutrición, y la mitad, sida. Y pese a ser "el fenómeno más visible de la exclusión", nadie parece verlos. "No despiertan interés, no tienen el calor ni el cariño de nadie", denunció Cecilia, que reclamó "más espíritu solidario" a los ciudadanos y más compromiso a las instituciones.
Cáritas presentó su campaña para el Día de las personas sin hogar, que se celebra el domingo, recordando que el compromiso de la Unión Europea en su lucha contra la pobreza es lograr que en cinco años no haya nadie sin techo. Sin embargo, la ONG cree que haría falta "un milagro" para hacerlo realidad.
Entretanto, las entidades que trabajan con el colectivo reclaman la creación de un pacto de estado por la inclusión social que garantice, por ejemplo, una renta mínima de inserción a quien viva en la calle. Hoy día, el 70% de los sin hogar no tiene ingresos, y el 30% restante se mantiene, básicamente, con un salario social de unos 340 euros.
Cáritas, que ha visto incrementados un 33% los fondos que recibe de la Junta -tres millones de euros para 2010-2011- alerta de que lo peor está por llegar: "Ya hay gente que no es un sin techo pero vive hacinada en pisos, en camas calientes o infraviviendas, que cuando agote sus recursos -ahorros, prestaciones o red de apoyo familiar- puede acabar en la calle", avisan.
Para tratar de rescatarlos, Cáritas tiene dos dispositivos residenciales: el Centro Amigo, con 22 plazas de acogida y 40 en su centro de día, sirve de puente entre los indigentes y una vida más normalizada, aunque suele hacer falta entre nueve meses y un año para que pasen a la siguiente fase; y el piso tutelado Alba, con cinco plazas, para quien luego sigue necesitando ayuda. El año pasado atendieron a 99 personas. También dispone de una primera línea de acercamiento, el proyecto Levántante y anda, desarrollado por voluntarios de la parroquia de San Vicente que cada noche atienden a una media de 26 personas que duermen en la calle.
"Se busca ir estableciendo relación con ellos. No se les da comida, pero se les informa de recursos como albergues, comedores, roperos, asistencia sanitaria o Cecop Social, porque muchos no saben que existen", explica Gloria Rivas, responsable de Inclusión Social de Cáritas.
La ONG Solidarios para el Desarrollo lleva 13 años desarrollando esta misma labor en Sevilla, con tres rutas por el Centro, el Arenal y San Bernardo-Macarena, que la convierten en una referencia en la atención a personas sin hogar, junto a Cáritas y a Sine Domus -que atiende a menos usuarios-.
Solidarios sale cada noche, de lunes a jueves, tras preparar "café caliente y galletas para entrar en contacto con estas personas, porque no tienen por qué querer hablar con nosotros y eso nos vale de excusa", dice su delegada, María Rodríguez. En sus itinerarios encuentran a una veintena de personas al día, aunque "a veces pueden ser la mitad y otras veces el doble o el triple". Además de darles información, atienden sus dudas: "Ellos saben que no tenemos mantas pero podemos decirles dónde conseguirlas, o llamar a una ambulancia o al Cecop Social si lo necesitan". Una docena de voluntarios les preguntan para saber si los sin hogar están bien y se interesan por los que hace tiempo que no ven. "En algunas zonas nos informan si alguien ha sido ingresado en un hospital o le ha ocurrido algo. En otras, como el río, ninguno de los que vive sabe nada de los demás". Como Cáritas, Solidarios no sólo busca acercar a los indigentes a los recursos que brinda la administración, sino sobre todo, acercarse a aquellos tan deteriorados socialmente que nunca se acercarían por sí mismos a una ayuda pública.