EI I Encuentro de la Calle se celebró ayer en los Perdigones, para reivindicar el acceso a ocio sin barreras de personas sin hogar y apoyarles en su integración social.
«Normalmente, estas personas han tenido siete u ocho problemas graves a lo largo de un año, mientras que nosotros tenemos cuatro o cinco a lo largo de nuestra vida», comenta Inmaculada Sánchez, delegada de la ONG Solidarios. «No superan estos graves contratiempos, como la pérdida de mujer e hijos, y eso les genera otros conflictos, no rinden en el trabajo, de ahí el despido y, en consecuencia, venden el coche y no pagan la hipoteca de la vivienda, así hasta que de buenas a primeras se ven en la calle».
El encuentro organizado ayer por ONGs y asociaciones que trabajan con las personas sin hogar permitió disfrutar de talleres de pintura, flores, abanicos, tatuajes, magia y globoflexia. Además, la fiesta incluía la celebración de un concierto, obras de teatro, exposiciones, baile flamenco, malabares, recitales de poesía, juegos de mesa, así como, un teatro en lengua de signos. «Las personas con y sin hogar deben acceder a estas actividades para que se sientan integradas en la sociedad. El segundo objetivo de este encuentro es la participación, porque muchas personas que viven en la calle no se sienten capaces, ya que tienen una autoestima muy baja», dice la delegada de Solidarios.
Tradicionalmente, el perfil general de los «sin techo» se sitúaba entre varones de unos 65 años, sin estudios, sin familia y con problemas de alcoholismo. Hoy en día, estos hombres son más jóvenes, hay más mujeres, un 25 por ciento de inmigrantes y un 13 por ciento de personas con carreras universitarias. En total, en Sevilla hay 200 personas que viven en las calles.
Recursos insufientes
A pesar del albergue municipal, de las diferentes asociaciones de acogida, de los dos comedores de la ciudad no hay recursos sociales sufientes. «Hay soluciones a corto plazo pero a no a largo», dice Manuel Serrano, uno de los hombres sin hogar.
«Colaboro en este taller como voluntario repartiendo información sobre la situación en la que vivimos», afirma José Manuel Morales. residente en la Asociación Cristo Vive. Para él, el centro de acogida es una solución, pero sólo «hay capacidad para once personas», además, en cuanto al albergue de Sevilla «sólo se puede uno hospedar cuatro días».
Según la delegada de Solidarios, en la anterior legislatura de Alfredo Sánchez Monteserín se había comprometido en la construcción de varios centros de días en los dos primeros años de mandato con estas organizaciones y asociaciones para los sin techos, «pero aún no hemos recibido ninguna llamada por parte del gobierno municipal y tendremos que luchar mucho para conseguirlo». «La ley reguladora de Bases de Régimen Local dice que las entidades locales son las que tienen responsabilidad sobre estas cuestiones. Mientras tanto, nosotros intentamos ayudar en lo que podemos».
«Normalmente, estas personas han tenido siete u ocho problemas graves a lo largo de un año, mientras que nosotros tenemos cuatro o cinco a lo largo de nuestra vida», comenta Inmaculada Sánchez, delegada de la ONG Solidarios. «No superan estos graves contratiempos, como la pérdida de mujer e hijos, y eso les genera otros conflictos, no rinden en el trabajo, de ahí el despido y, en consecuencia, venden el coche y no pagan la hipoteca de la vivienda, así hasta que de buenas a primeras se ven en la calle».
El encuentro organizado ayer por ONGs y asociaciones que trabajan con las personas sin hogar permitió disfrutar de talleres de pintura, flores, abanicos, tatuajes, magia y globoflexia. Además, la fiesta incluía la celebración de un concierto, obras de teatro, exposiciones, baile flamenco, malabares, recitales de poesía, juegos de mesa, así como, un teatro en lengua de signos. «Las personas con y sin hogar deben acceder a estas actividades para que se sientan integradas en la sociedad. El segundo objetivo de este encuentro es la participación, porque muchas personas que viven en la calle no se sienten capaces, ya que tienen una autoestima muy baja», dice la delegada de Solidarios.
Tradicionalmente, el perfil general de los «sin techo» se sitúaba entre varones de unos 65 años, sin estudios, sin familia y con problemas de alcoholismo. Hoy en día, estos hombres son más jóvenes, hay más mujeres, un 25 por ciento de inmigrantes y un 13 por ciento de personas con carreras universitarias. En total, en Sevilla hay 200 personas que viven en las calles.
Recursos insufientes
A pesar del albergue municipal, de las diferentes asociaciones de acogida, de los dos comedores de la ciudad no hay recursos sociales sufientes. «Hay soluciones a corto plazo pero a no a largo», dice Manuel Serrano, uno de los hombres sin hogar.
«Colaboro en este taller como voluntario repartiendo información sobre la situación en la que vivimos», afirma José Manuel Morales. residente en la Asociación Cristo Vive. Para él, el centro de acogida es una solución, pero sólo «hay capacidad para once personas», además, en cuanto al albergue de Sevilla «sólo se puede uno hospedar cuatro días».
Según la delegada de Solidarios, en la anterior legislatura de Alfredo Sánchez Monteserín se había comprometido en la construcción de varios centros de días en los dos primeros años de mandato con estas organizaciones y asociaciones para los sin techos, «pero aún no hemos recibido ninguna llamada por parte del gobierno municipal y tendremos que luchar mucho para conseguirlo». «La ley reguladora de Bases de Régimen Local dice que las entidades locales son las que tienen responsabilidad sobre estas cuestiones. Mientras tanto, nosotros intentamos ayudar en lo que podemos».