Recuento nocturno
Casi cinco centenares de voluntarios se pasaron la noche del martes buscando y contando personas sin hogar en Madrid.
"Venimos al recuento de gente que duerme en la calle. ¿Por dónde es?". Lo preguntan dos chicas a la entrada de la Casa del Reloj. Un vigilante las lleva hasta una nave cercana. Dentro, medio centenar de personas, la mayoría jóvenes, se dispone a participar en el segundo recuento de indigentes en Madrid.
Son las 21.00 del martes 26 y los organizadores del estudio, coordinado por el Ayuntamiento y en el que participan numerosas organizaciones que forman parte del Foro Técnico de las Personas Sin Hogar, imparten las últimas instrucciones.
El objetivo es saber cuántas personas duermen al raso en Madrid, para completar el primer estudio, que encontró a 623 la noche del 12 de diciembre de 2006, y conocer su situación para mejorar la atención de los servicios sociales.
Los 456 jóvenes inscritos como voluntarios en internet se organizan en grupos, que recorrerán calle a calle todos los distritos de Madrid. Nosotros iremos con Pedro Cluster, autor de los blogs Indigencia y Con dos cartones, hasta el Parque de la Bombilla y el Manzanares, una de las zonas más complicadas.
A la salida, la organización reparte billetes de Metro y la cena (un bocadillo de salchichón, manzana y botellín de agua). Como todos los grupos, tomamos el suburbano.
Llegamos a Príncipe Pío a las 22.00, hora oficial del comienzo del recuento y nos dirigimos (ver mapa) hacia el otro lado del Manzanares por el Puente del Rey, una zona propicia para albergar a personas sin hogar, debido a que las obras del futuro parque del Manzanares ha cerrado el paso a los viandantes.
Una pareja rebusca entre unos matorrales cercanos. Explican que están guardando sus cosas. Les preguntamos si dormirán esta noche al raso. "No, no. Estamos en el albergue", dicen con acento portugués señalando al centro de la Casa de Campo. Pedro no se lo cree y afirma que "a estas horas ya no admiten plazas". Él lo sabe bien: pasó dos años durmiendo cada noche en la calle.
22.40 horas. Seguimos por la calle Ribera del Manzanares, donde aparentemente no hay nadie... salvo si te fijas en algunos bajos de las viviendas. En tres oquedades de la fachada de los edificios hay tres personas durmiendo entre cartones. No les molestamos. La consigna es no hablar con ellos si no están despiertos. Pedro apunta los datos en un cuestionario que luego entregará a los organizadores y se marcha compungido del lugar: "Se me parte el alma cada vez que veo esto, porque me acuerdo de lo mal que se pasa", explica.
Volvemos a la otra orilla del río por el Puente de la Reina Victoria y miramos debajo, aunque Pedro advierte de que es probable que no haya nadie "porque es un sitio muy húmedo y esta noche hace frío". Pero los 7ºC que marca un termómetro cercano no parecen impedimento para que un grupo de rumanos haya montado una improvisada vivienda con cartones. "Habrá unos diez durmiendo", calcula Pedro Cluster.
El templete de música, cama improvisada
La mayoría de los que duermen en la calle son hombres, según el primer recuento: sólo el 11% eran mujeres. El estudio reveló que al menos 1.634 madrileños no tienen un techo donde dormir (resultado de la suma de los que encontraron en la calle y los que utilizaron algunos de los albergues del Ayuntamiento).
De momento, nosotros ya hemos encontrado 22. Subimos hacia el Parque de la Bombilla. Son las 23.15 y nos metemos en una de las zonas más peligrosas de la ciudad. "Tened cuidado", nos han dicho los organizadores antes de partir hacia el lugar. En el templete donde en verano se monta un cine al aire libre se han instalado nueve indigentes, con sus colchones haciendo un círculo. "Saludad a los del recuento", dice uno de ellos. La mayoría parece haber tomado alcohol, pero muestran gran lucidez en su conversación.
Entre ellos hay varios marroquíes. Uno, que casi llega a los cincuenta, cuenta que antes era chófer y que esta es su segunda noche en la calle. No quiere aparecer en cámara porque tiene una mujer y dos hijos que no conocen su situación. Otro aprovecha de nuestra presencia para pedir "más trabajadores sociales, como en Holanda".
Plazas sin indigentes, pero muy incómodas
Un poco más arriba, lejos de la luz de cualquier farola y bajo una pasarela que cruza las vías, tres estructuras de cartón albergan a otros cuatro sin hogar. Dentro de poco llegará el quinto, José Luis, que trabaja en un bar y suele aparecer por la zona a la una de la madrugada. Pedro le conoce y lamenta no poder saludarle. "Es un buen chico", dice.
Cruzamos las vías y subimos hacia el Paseo del Pintor Rosales, dejando a la derecha el albergue de San Isidro, rodeado de yonkis que, a esa hora, se inyectan droga en los alrededores. Arriba, buscamos en los cajeros, pero esta noche no hay nadie durmiendo en ellos. No suele ser lo habitual, afirma Pedro, que indica que "los cajeros con un indigente durmiendo son los más seguros".
La búsqueda finaliza en los alrededores del Templo de Debob. Las empinadas cuestas de sus jardines sirven muchas veces de refugio para pasar la noche. "Aquí dormían dos buenas amigas mías", relata Pedro. Pero hoy no vemos a nadie. "Pueden estar durmiendo por cualquier sitio. Es muy difícil verlos", explica.
Bajamos hasta Príncipe Pío para acabar nuestro recuento. En total, han sido 27 personas durmiendo entre cartones. "Pensaba encontrar menos", confiesa Pedro. Luego enviará los datos al Foro Técnico sobre Personas sin Hogar, que los unirá a los recopilados por el resto de voluntarios y conocerá exactamente cuántas personas no duermen en la capital bajo techo.
Casi cinco centenares de voluntarios se pasaron la noche del martes buscando y contando personas sin hogar en Madrid.
"Venimos al recuento de gente que duerme en la calle. ¿Por dónde es?". Lo preguntan dos chicas a la entrada de la Casa del Reloj. Un vigilante las lleva hasta una nave cercana. Dentro, medio centenar de personas, la mayoría jóvenes, se dispone a participar en el segundo recuento de indigentes en Madrid.
Son las 21.00 del martes 26 y los organizadores del estudio, coordinado por el Ayuntamiento y en el que participan numerosas organizaciones que forman parte del Foro Técnico de las Personas Sin Hogar, imparten las últimas instrucciones.
El objetivo es saber cuántas personas duermen al raso en Madrid, para completar el primer estudio, que encontró a 623 la noche del 12 de diciembre de 2006, y conocer su situación para mejorar la atención de los servicios sociales.
Los 456 jóvenes inscritos como voluntarios en internet se organizan en grupos, que recorrerán calle a calle todos los distritos de Madrid. Nosotros iremos con Pedro Cluster, autor de los blogs Indigencia y Con dos cartones, hasta el Parque de la Bombilla y el Manzanares, una de las zonas más complicadas.
A la salida, la organización reparte billetes de Metro y la cena (un bocadillo de salchichón, manzana y botellín de agua). Como todos los grupos, tomamos el suburbano.
Llegamos a Príncipe Pío a las 22.00, hora oficial del comienzo del recuento y nos dirigimos (ver mapa) hacia el otro lado del Manzanares por el Puente del Rey, una zona propicia para albergar a personas sin hogar, debido a que las obras del futuro parque del Manzanares ha cerrado el paso a los viandantes.
Una pareja rebusca entre unos matorrales cercanos. Explican que están guardando sus cosas. Les preguntamos si dormirán esta noche al raso. "No, no. Estamos en el albergue", dicen con acento portugués señalando al centro de la Casa de Campo. Pedro no se lo cree y afirma que "a estas horas ya no admiten plazas". Él lo sabe bien: pasó dos años durmiendo cada noche en la calle.
22.40 horas. Seguimos por la calle Ribera del Manzanares, donde aparentemente no hay nadie... salvo si te fijas en algunos bajos de las viviendas. En tres oquedades de la fachada de los edificios hay tres personas durmiendo entre cartones. No les molestamos. La consigna es no hablar con ellos si no están despiertos. Pedro apunta los datos en un cuestionario que luego entregará a los organizadores y se marcha compungido del lugar: "Se me parte el alma cada vez que veo esto, porque me acuerdo de lo mal que se pasa", explica.
Volvemos a la otra orilla del río por el Puente de la Reina Victoria y miramos debajo, aunque Pedro advierte de que es probable que no haya nadie "porque es un sitio muy húmedo y esta noche hace frío". Pero los 7ºC que marca un termómetro cercano no parecen impedimento para que un grupo de rumanos haya montado una improvisada vivienda con cartones. "Habrá unos diez durmiendo", calcula Pedro Cluster.
El templete de música, cama improvisada
La mayoría de los que duermen en la calle son hombres, según el primer recuento: sólo el 11% eran mujeres. El estudio reveló que al menos 1.634 madrileños no tienen un techo donde dormir (resultado de la suma de los que encontraron en la calle y los que utilizaron algunos de los albergues del Ayuntamiento).
De momento, nosotros ya hemos encontrado 22. Subimos hacia el Parque de la Bombilla. Son las 23.15 y nos metemos en una de las zonas más peligrosas de la ciudad. "Tened cuidado", nos han dicho los organizadores antes de partir hacia el lugar. En el templete donde en verano se monta un cine al aire libre se han instalado nueve indigentes, con sus colchones haciendo un círculo. "Saludad a los del recuento", dice uno de ellos. La mayoría parece haber tomado alcohol, pero muestran gran lucidez en su conversación.
Entre ellos hay varios marroquíes. Uno, que casi llega a los cincuenta, cuenta que antes era chófer y que esta es su segunda noche en la calle. No quiere aparecer en cámara porque tiene una mujer y dos hijos que no conocen su situación. Otro aprovecha de nuestra presencia para pedir "más trabajadores sociales, como en Holanda".
Plazas sin indigentes, pero muy incómodas
Un poco más arriba, lejos de la luz de cualquier farola y bajo una pasarela que cruza las vías, tres estructuras de cartón albergan a otros cuatro sin hogar. Dentro de poco llegará el quinto, José Luis, que trabaja en un bar y suele aparecer por la zona a la una de la madrugada. Pedro le conoce y lamenta no poder saludarle. "Es un buen chico", dice.
Cruzamos las vías y subimos hacia el Paseo del Pintor Rosales, dejando a la derecha el albergue de San Isidro, rodeado de yonkis que, a esa hora, se inyectan droga en los alrededores. Arriba, buscamos en los cajeros, pero esta noche no hay nadie durmiendo en ellos. No suele ser lo habitual, afirma Pedro, que indica que "los cajeros con un indigente durmiendo son los más seguros".
La búsqueda finaliza en los alrededores del Templo de Debob. Las empinadas cuestas de sus jardines sirven muchas veces de refugio para pasar la noche. "Aquí dormían dos buenas amigas mías", relata Pedro. Pero hoy no vemos a nadie. "Pueden estar durmiendo por cualquier sitio. Es muy difícil verlos", explica.
Bajamos hasta Príncipe Pío para acabar nuestro recuento. En total, han sido 27 personas durmiendo entre cartones. "Pensaba encontrar menos", confiesa Pedro. Luego enviará los datos al Foro Técnico sobre Personas sin Hogar, que los unirá a los recopilados por el resto de voluntarios y conocerá exactamente cuántas personas no duermen en la capital bajo techo.
3 Comentarios:
Ya hemos debatido antes sobre la conveniencia o no de estos estudios.
La información es poder. Quien la usa es el que la convierte en buena o mala.
Estoy a favor de que la opinión pública sepa cuántas PSH conviven silenciosamente entre nosotros. Ahora bien, los datos sobre identidad y ubicación no deben estar al acceso de cualquiera. Por motivos evidentes.
He estado este fin de semana en Madrid charlando con algunos de los voluntarios que han participado en este recuento (entre ellos, Marisa). Lo han hecho en UN SÓLO DÍA, cuando todos sabemos que esta población fluctúa considerablemente. Además, tenían que pasar un cuestionario con preguntas insultantes... En fin, un nuevo insulto de nuestra clase política. Lo triste es que investigadores de prestigio se presten a hacerle la cama a los gobernantes.
Pedro Cluster nunca ha sido un indigente somos del alvergue Pedro
Clustter es un periodista que se ha hecho pasdar por indigente es un directivo de agecia de comunicacion y estaba trabajando para estar de indigente mediatico en las televisiones.se vino a engañarnos a nosotros porque ya no puede trabajr ni con compañero.Robo a los volu tarios en la asociaciuon que todavia tiene el morro de dcior que es el presidente el blog lo hizo con indigente anis estrellado y se llevo su trabajo y por robar ha robado el dinero de las entrevistas en la radio eS ADICTO
A LA COCAINA Y A VENIDO A APROBECHARSE DE LOS VOLUNTARIOS QUE LE CREYERON Y DE INDIGENTES
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