A finales de la semana pasada se publicó en los periódicos que había sido encontrada una persona muerta en la Encarnación. Resulta que esta persona era Fran, amigo al que solíamos visitar en la ruta del centro. Desde hace tiempo se encontraba muy débil, había ido al hospital varias veces y apenas podía andar por si mismo. Parece que su cuerpo ya no pudo aguantar más noches en la calle.
Puesto que en los periódicos solo va a quedar como “hombre muerto en la calle”, nosotros queremos contar un poquito más de él: Fran nació en los Pajaritos hace cerca de 50 años. A los 15 años se fue de casa y comenzó a viajar por Europa. Sabemos que vivió en Francia, que trabajó en una mina de carbón en Asturias y que era amante del heavy-metal. Volvió a Sevilla en 2001 y desde entonces ha estado viviendo en la calle. También sabemos que siempre agradecía un café y una compañía, que siempre nos recibía con una sonrisa y que era un gran compañero para la gente de la calle.
El viernes por la tarde nos pasamos por la Encarnación y nos encontramos con una foto suya, con flores y mensajes de agradecimiento que sus compañeros habían dejado. Fue curioso observar como personas que pasaban por allí y que nunca se habían parado a mirarle, ahora se detenían a mirar las flores. La última noche que hablamos con Fran nos había contado lo solo que se sentía y lo que le dolía que la gente le mirara con indiferencia. Parece que es ahora que ha muerto cuando la gente empieza a prestarle atención. Es una lástima porque si lo hubieran conocido antes hubieran disfrutado tanto como hemos hecho nosotros.
Fran, gracias por el tiempo compartido.
Puesto que en los periódicos solo va a quedar como “hombre muerto en la calle”, nosotros queremos contar un poquito más de él: Fran nació en los Pajaritos hace cerca de 50 años. A los 15 años se fue de casa y comenzó a viajar por Europa. Sabemos que vivió en Francia, que trabajó en una mina de carbón en Asturias y que era amante del heavy-metal. Volvió a Sevilla en 2001 y desde entonces ha estado viviendo en la calle. También sabemos que siempre agradecía un café y una compañía, que siempre nos recibía con una sonrisa y que era un gran compañero para la gente de la calle.
El viernes por la tarde nos pasamos por la Encarnación y nos encontramos con una foto suya, con flores y mensajes de agradecimiento que sus compañeros habían dejado. Fue curioso observar como personas que pasaban por allí y que nunca se habían parado a mirarle, ahora se detenían a mirar las flores. La última noche que hablamos con Fran nos había contado lo solo que se sentía y lo que le dolía que la gente le mirara con indiferencia. Parece que es ahora que ha muerto cuando la gente empieza a prestarle atención. Es una lástima porque si lo hubieran conocido antes hubieran disfrutado tanto como hemos hecho nosotros.
Fran, gracias por el tiempo compartido.
María y Manu
1 Comentarios:
Gracias María y Manu por vuestras palabras. Francisco nos dejó un ejemplo muy importante: el de la alegría con que encaraba todas las situaciones de la vida, a pesar de todas las dificultades. Ni el dolor físico provocado por su enfermedad, ni el dolor mental de verse abandonado en la calle hicieron nunca que le pusiese una mala cara a nadie. Siempre mantenía una sonrisa muy limpia, como la de un niño. Una verdadera lección para todos nosotros, que tantas veces nos venimos abajo al menor contratiempo.
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