Barrio de contrastes: reformas y droga
GLORIA GAMITO - SEVILLA
Conforme a lo establecido en el Plan Integral, en el Polígono Sur se está haciendo una gran labor en todos los órdenes: educación, empleo, salud... Las inversiones son cuantiosas pero hay cosas en la barriada de Martínez Montañés, especialmente en las 624 viviendas conocidas como Las Vegas, que desgraciadamente no cambian, permanecen inalterables pese a todos los esfuerzos, la buena voluntad y la inversión presupuestaria sin precedentes de las administraciones que actúan en coordinación con la Oficina del Comisionado para el Polígono Sur.
El brutal contraste entre inversión y marginalidad, drogas y conductas antisociales, reformas y nuevos bloques origina imágenes contradictorias: muy cerca de donde los obreros que realizan la reparación de los edificios hacen un descanso para el bocadillo, en los alrededores de las casas más castigadas por la marginalidad, brujulean los drogadictos junto a grandes charcos de agua que cae de los pisos superiores y montones de basuras que convierten los portales en auténticos vertederos.
El gran drama en que esos bloques, llamados popularmente «malos», no sólo vive gente marginal o antisocial. En todos, en mayor o menor número, hay familias normales o normalizadas para quien el día a día en esas condiciones higiénicas desastrosas se convierte en un auténtico calvario. Rafael Pertegal, presidente de la Asociación de Vecinos Martínez Montañés, tiene su teoría sobre el tema. Considera que pese a que la inversión que se hace en el barrio es increíble, por su número y cuantía, el trabajo que se está realizando con las familias no es el adecuado y muchas no se comportan de acuerdo a los cánones sociales. Como el trigo con la cizaña, todo está mezclado en Las Vegas. No están las calles como hace unos años con montañas de basura —Pertegal destaca el esfuerzo de Lipasam— pero tampoco están limpias. Las basuras, bolsas y desperdicios, decoran calzadas y aceras, y hay rincones de gran suciedad con maletas abiertas tiradas, seguramente producto de robos. También provocan mucha suciedad los drogadictos e indigentes que viven en algunos soportales, sólo piel y huesos y la mirada perdida en un caballo desbocado hacia la muerte.
Lo bueno y lo malo
En la calle Escultor Sebastián Santos, la barrera natural entre Las Vegas y Las Letanías se ven apostados coches de la Policía Autonómica y dos calles más dentro de Las Vegas los drogadictos compran y trapichean sin problemas.
Entre los bloques que se están reparando destacan el conjunto 5, bloque 7 que salió ardiendo y sus inquilinos tuvieron que ser acogidos en Miraflores. La silueta del nuevo edificio destaca por su blancura. Pertegal comenta que si no se trabaja con las familias poco durará este bloque nuevo. Se están arreglando además el conjunto 6, bloque 8, el conjunto 4 bloque 8, el conjunto 5, bloque 7 y el conjunto 7, bloque 6. Las obras han llegado también al conjunto 7, bloque 7 que ha sido siempre el mejor de todo el barrio, y es el único que ha seguido teniendo ascensor en toda la zona mientras otros lo perdieron hace años llenando el hueco de basuras.
Y junto a estas obras hay calles abiertas para instalar las tuberías del gas natural. Explica Rafael Pertegal que nunca ha habido una inversión como esta y nunca las administraciones han estado tan coordinadas. Así comenta que hace unos meses el alcalde ha nombrado coordinador del Polígono Sur a Salvador del Moral, que fue delegado provincial de Asuntos Sociales. Su misión es que las delegaciones municipales actúen de forma diligente en el Polígono Sur.Los vecinos de Las Vegas consideran que el trabajo que se realiza con las familias no es el adecuadoY al lado mismo de lo bueno, de las reformas, lo malo. Como exponentes de bloques donde no se puede convivir y donde las comunidades son una entelequia el conjunto 5, bloque 6. La basura se amontona en el hueco de la escalera. El olor y las condiciones higiénicas son de vertedero. Allí viven solo siete u ocho familias normalizadas. El mismo deplorable aspecto presenta el conjunto 8, bloque 2 y el conjunto 8, bloque 3 que tiene el techo arrancado. También ocupan un puesto en el ranking del horror el conjunto 5, bloque 1, al que en tiempos le faltaba la baranda a la escalera. Peor está todavía el conjunto 5, bloque 3 que encima no tiene ni luz. Pertegal ha infomado al coordinador municipal del Polígono Sur que en ese bloque sólo hay cuatro familias normales y que «algunos titulares o asimilados tienen arrendadas viviendas para que desde ellas se trafique con drogas».
Todos los vecinos coinciden en que el trabajo con las familias es básico para que el Polígono Sur sea un barrio más de Sevilla y abandone su estigma. Así lo reconoció en junio la Plataforma «Nosotros también somos Sevilla» y así lo señala Rafael Pertegal, de Martínez Montañés. También lo reconocen así los miembros de la Peña Los Cuarentones, de Las Letanías. Para Manuel Palomo, el presidente, el principal problema es la droga. Comenta que diariamente hay un chorreo de gente para comprar. Dice que en el autobús de la línea 30 vienen algunos drogatas descalzos fumando porros: «Y es que la droga se pregona como si fueran lechugas y tomates. Dicen vendo caballo del bueno como si tal cosa...». José Ramos, uno de los directivos y miembro de la comisión de barrio,dice que el principal foco es la droga y lo primero es quitarla: «Cuando veo tantas mejoras y eso sigue igual les digo le estáis poniendo a mi barrio un traje limpio pero no lo vais a lavar».
El brutal contraste entre inversión y marginalidad, drogas y conductas antisociales, reformas y nuevos bloques origina imágenes contradictorias: muy cerca de donde los obreros que realizan la reparación de los edificios hacen un descanso para el bocadillo, en los alrededores de las casas más castigadas por la marginalidad, brujulean los drogadictos junto a grandes charcos de agua que cae de los pisos superiores y montones de basuras que convierten los portales en auténticos vertederos.
El gran drama en que esos bloques, llamados popularmente «malos», no sólo vive gente marginal o antisocial. En todos, en mayor o menor número, hay familias normales o normalizadas para quien el día a día en esas condiciones higiénicas desastrosas se convierte en un auténtico calvario. Rafael Pertegal, presidente de la Asociación de Vecinos Martínez Montañés, tiene su teoría sobre el tema. Considera que pese a que la inversión que se hace en el barrio es increíble, por su número y cuantía, el trabajo que se está realizando con las familias no es el adecuado y muchas no se comportan de acuerdo a los cánones sociales. Como el trigo con la cizaña, todo está mezclado en Las Vegas. No están las calles como hace unos años con montañas de basura —Pertegal destaca el esfuerzo de Lipasam— pero tampoco están limpias. Las basuras, bolsas y desperdicios, decoran calzadas y aceras, y hay rincones de gran suciedad con maletas abiertas tiradas, seguramente producto de robos. También provocan mucha suciedad los drogadictos e indigentes que viven en algunos soportales, sólo piel y huesos y la mirada perdida en un caballo desbocado hacia la muerte.
Lo bueno y lo malo
En la calle Escultor Sebastián Santos, la barrera natural entre Las Vegas y Las Letanías se ven apostados coches de la Policía Autonómica y dos calles más dentro de Las Vegas los drogadictos compran y trapichean sin problemas.
Entre los bloques que se están reparando destacan el conjunto 5, bloque 7 que salió ardiendo y sus inquilinos tuvieron que ser acogidos en Miraflores. La silueta del nuevo edificio destaca por su blancura. Pertegal comenta que si no se trabaja con las familias poco durará este bloque nuevo. Se están arreglando además el conjunto 6, bloque 8, el conjunto 4 bloque 8, el conjunto 5, bloque 7 y el conjunto 7, bloque 6. Las obras han llegado también al conjunto 7, bloque 7 que ha sido siempre el mejor de todo el barrio, y es el único que ha seguido teniendo ascensor en toda la zona mientras otros lo perdieron hace años llenando el hueco de basuras.
Y junto a estas obras hay calles abiertas para instalar las tuberías del gas natural. Explica Rafael Pertegal que nunca ha habido una inversión como esta y nunca las administraciones han estado tan coordinadas. Así comenta que hace unos meses el alcalde ha nombrado coordinador del Polígono Sur a Salvador del Moral, que fue delegado provincial de Asuntos Sociales. Su misión es que las delegaciones municipales actúen de forma diligente en el Polígono Sur.Los vecinos de Las Vegas consideran que el trabajo que se realiza con las familias no es el adecuadoY al lado mismo de lo bueno, de las reformas, lo malo. Como exponentes de bloques donde no se puede convivir y donde las comunidades son una entelequia el conjunto 5, bloque 6. La basura se amontona en el hueco de la escalera. El olor y las condiciones higiénicas son de vertedero. Allí viven solo siete u ocho familias normalizadas. El mismo deplorable aspecto presenta el conjunto 8, bloque 2 y el conjunto 8, bloque 3 que tiene el techo arrancado. También ocupan un puesto en el ranking del horror el conjunto 5, bloque 1, al que en tiempos le faltaba la baranda a la escalera. Peor está todavía el conjunto 5, bloque 3 que encima no tiene ni luz. Pertegal ha infomado al coordinador municipal del Polígono Sur que en ese bloque sólo hay cuatro familias normales y que «algunos titulares o asimilados tienen arrendadas viviendas para que desde ellas se trafique con drogas».
Todos los vecinos coinciden en que el trabajo con las familias es básico para que el Polígono Sur sea un barrio más de Sevilla y abandone su estigma. Así lo reconoció en junio la Plataforma «Nosotros también somos Sevilla» y así lo señala Rafael Pertegal, de Martínez Montañés. También lo reconocen así los miembros de la Peña Los Cuarentones, de Las Letanías. Para Manuel Palomo, el presidente, el principal problema es la droga. Comenta que diariamente hay un chorreo de gente para comprar. Dice que en el autobús de la línea 30 vienen algunos drogatas descalzos fumando porros: «Y es que la droga se pregona como si fueran lechugas y tomates. Dicen vendo caballo del bueno como si tal cosa...». José Ramos, uno de los directivos y miembro de la comisión de barrio,dice que el principal foco es la droga y lo primero es quitarla: «Cuando veo tantas mejoras y eso sigue igual les digo le estáis poniendo a mi barrio un traje limpio pero no lo vais a lavar».
0 Comentarios:
Publicar un comentario