El antiguo quiosco Al Sur
A. S. Ameneiro
El antiguo quiosco Al Sur del Paseo de Catalina de Ribera, en los Jardines de Murillo, que el Ayuntamiento de Sevilla ha proyectado convertir en sede de la unidad ciclista de la Policía Local se ha convertido desde hace meses en alojamiento irregular de consumidores de droga. El abandono que ya sufría el edificio se ha acentuado con el destrozo reciente de la gran cristalera trasera de más de tres metros, lo que ha permitido a los okupas disponer de un enorme hueco de entrada al local, en cuyo suelo se esparcen decenas de trozos de papel de plata oscurecidos por el consumo de heroína que se mezclan con restos de colillas, escombros, alimentos, botellas y otras basuras, según pudo comprobar ayer este periódico. En el exterior, la fachada presenta pintadas de graffiti.
Dos testigos de comercios cercanos aseguran que la rotura de la cristalera del quiosco tuvo lugar aproximadamente después de este verano, coincidiendo con el periodo en el que los propietarios de este negocio (ligado a la Real Venta de Antequera) visitaban menos el edificio.
A excepción del quiosco que ocupa el restaurante Hermanos Gómez, más próximo al Prado, el abandono y los daños son la nota común de los tres quioscos que quedan en este paseo ajardinado (el Cristales, las Tres Carabelas y Al Sur), cuyas concesiones expiraron a finales del pasado 2008 sin que sus propietarios hayan mostrado interés en renovar los contratos.
El antiguo Cristales, que supera al resto en años sin uso alguno, padece un galopante deterioro en la estructura de hierro que corona el edificio y las lunas de las ventanas han sido sustituidas por cartones. En el interior se apilan los estantes de patatas y las cartas de menú tiradas por el suelo.
Los daños también son importantes en El Tres Carabelas, que ya no luce las esculturas de hierro que le daban su nombre. Julio, el dueño argentino del quiosco de chucherías y helados del paseo, asegura que los antiguos dueños se llevaron hace semanas las tres carabelas en vista de que el negocio no va a seguir. La puerta de los servicios está arrancada de cuajo y la inmundicia del interior queda a la vista de todos los usuarios del carril bici que atraviesa esta concurrida zona céntrica. Dentro del bar, el techo deja ver las humedades que presenta.
En vista de la situación, el Ayuntamiento de Sevilla ha optado por interesarse por uno de los quioscos, concretamente el de diseño más moderno, con vistas a situar en su interior la unidad ciclista de la Policía Local. En noviembre del pasado año, el gobierno local aprobó adquirir el edificio del antiguo Al Sur, a petición de la Concejalía de Convivencia y Seguridad. Sin embargo, en esa fecha, el Consistorio no precisó ni el plazo en que se pondrá en marcha ni la cantidad de agentes con que contará esta nueva unidad, prevista desde hace dos años, coincidiendo con el inicio de las obras de la red de carril bici de Sevilla.
De momento, la unidad ciclista es sólo un proyecto municipal del que sólo se han comprado las bicicletas, que se almacenan en la Jefatura de la isla de la Cartuja. El cometido de estos agentes será el de velar por que se cumpla la ordenanza de peatones y ciclistas, así como la vigilancia de los más de 70 kilómetros de carril bici.
Dos testigos de comercios cercanos aseguran que la rotura de la cristalera del quiosco tuvo lugar aproximadamente después de este verano, coincidiendo con el periodo en el que los propietarios de este negocio (ligado a la Real Venta de Antequera) visitaban menos el edificio.
A excepción del quiosco que ocupa el restaurante Hermanos Gómez, más próximo al Prado, el abandono y los daños son la nota común de los tres quioscos que quedan en este paseo ajardinado (el Cristales, las Tres Carabelas y Al Sur), cuyas concesiones expiraron a finales del pasado 2008 sin que sus propietarios hayan mostrado interés en renovar los contratos.
El antiguo Cristales, que supera al resto en años sin uso alguno, padece un galopante deterioro en la estructura de hierro que corona el edificio y las lunas de las ventanas han sido sustituidas por cartones. En el interior se apilan los estantes de patatas y las cartas de menú tiradas por el suelo.
Los daños también son importantes en El Tres Carabelas, que ya no luce las esculturas de hierro que le daban su nombre. Julio, el dueño argentino del quiosco de chucherías y helados del paseo, asegura que los antiguos dueños se llevaron hace semanas las tres carabelas en vista de que el negocio no va a seguir. La puerta de los servicios está arrancada de cuajo y la inmundicia del interior queda a la vista de todos los usuarios del carril bici que atraviesa esta concurrida zona céntrica. Dentro del bar, el techo deja ver las humedades que presenta.
En vista de la situación, el Ayuntamiento de Sevilla ha optado por interesarse por uno de los quioscos, concretamente el de diseño más moderno, con vistas a situar en su interior la unidad ciclista de la Policía Local. En noviembre del pasado año, el gobierno local aprobó adquirir el edificio del antiguo Al Sur, a petición de la Concejalía de Convivencia y Seguridad. Sin embargo, en esa fecha, el Consistorio no precisó ni el plazo en que se pondrá en marcha ni la cantidad de agentes con que contará esta nueva unidad, prevista desde hace dos años, coincidiendo con el inicio de las obras de la red de carril bici de Sevilla.
De momento, la unidad ciclista es sólo un proyecto municipal del que sólo se han comprado las bicicletas, que se almacenan en la Jefatura de la isla de la Cartuja. El cometido de estos agentes será el de velar por que se cumpla la ordenanza de peatones y ciclistas, así como la vigilancia de los más de 70 kilómetros de carril bici.
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